San José
Robert Callaham, quien fue embajador de Estados Unidos (EUA) en Nicaragua entre el 2008 y el 2011, advirtió de que la compra de tanques que acaba de realizar el gobierno de Daniel Ortega a Rusia es un acto de intimidación hacia los países vecinos, pero en especial, hacia Costa Rica.
El exdiplomático se refirió a la adquisición de las 50 unidades T-72, uno de los cuales ya fue puesta en exhibición en el centro de Managua.
"Él (Ortega) ha tirado fuera del país a tres oficiales estadounidenses con los más débiles de los pretextos. En lo que parece ser un intento por intimidar a sus vecinos, especialmente a Costa Rica, que no tiene fuerzas armadas, se las ha ingeniado para comprarle tanques a Rusia. Cuando tres parlamentarios venezolanos trataron de entrar en Nicaragua, para expresar su solidaridad con la oposición política, no pasaron más allá del aeropuerto", escribió Callaham en un artículo de opinión que publicó en el diario Miami Herald, en su versión en inglés, el pasado 14 de agosto.
La inversión en los 50 tanques le habría costado a Nicaragua $80 millones. Aún no está claro el mecanismo que utilizó esa nación para acordar con Rusia la compra de los blindados, que podrían desfilar con motivo de la celebración del aniversario número 37 del Ejército Sandinista.
Preocupación
Costa Rica expresó en mayo pasado al embajador de Rusia en San José, Alexander K. Dogadin, su preocupación por la venta de armamento militar a Nicaragua.
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No obstante, el Gobierno del presidente Luis Guillermo Solís insiste en que no ve la adquisición como una amenaza a la paz entre Costa Rica y Nicaragua, pese a los conflictos limítrofes bilaterales que se mantienen vivos en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Este miércoles, el presidente Solís afirmó –durante su conferencia de prensa semanal– que su Gobierno decomisará cualquier armamento militar que Nicaragua intente trasladar utilizando territorio costarricense, ante la limitada capacidad de carga y descarga de puerto Corinto, en la costa pacífica de esa nación.
En tanto, para el exdiplomático Robert Callaham, el Gobierno de Estados Unidos ha tardado mucho en levantar la voz para denunciar lo que calificó como arbitrariedades y giro hacia el totalitarismo que está dando Daniel Ortega, quien aspirará en noviembre próximo a una tercera reelección presidencial consecutiva, con lo que sumaría 15 años seguidos en el poder.
"Ortega ha perfeccionado el arte moderno del caudillismo, de crear un Estado autoritario mientras mantiene los adornos de las democracia (...). Ciertamente, él no permitirá una elección presidencial libre y justa en noviembre. Pese a que la oposición política está fragmentada y débil, aunque él controle el Tribunal Supremo Electoral, aunque las encuestas lo muestren como favorito, Ortega inflexiblemente se niega a invitar reputados expertos nacionales y extranjeros para que observen el proceso electoral. Él pensó que tenía las mismas ventajas en 1990 y perdió. Él nunca se arriesgaría a la derrota de nuevo", lamentó Callaham.
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La pregunta, según el diplomático retirado, es ¿qué va a hacer los Estados Unidos?
"¿Vamos a pronunciar algunas palabras de desaprobación y, después, haremos un intervalo decoroso para seguir con el negocio de la diplomacia bilateral? Después de todo, Nicaragua es un pequeño y pobre lugar con pocas consecuencias geopolíticas. Tenemos muchas otras cuestiones que acaparan nuestros esfuerzos y tiempo ¿Para qué molestarse?", cuestionó el diplomático.
Robert Callaham afirmó que si Estados Unidos y otras democracias desarrolladas no actúan ya, la situación solamente empeorará en el futuro en Nicaragua, país de casi seis millones de habitantes.