El timbre sonó a las 10:22 a.m. y el expresidente Óscar Arias abrió la puerta. Al frente estaba su colaborador durante su primer gobierno (1986-1990) y en la Fundación Arias para la Paz.
Pero Luis Guillermo Solís, un viejo conocido, llegó este jueves a la casa en calidad de presidente de la República, para una cita acordada desde hacía días.
Se iba a realizar este miércoles por la noche, mas la agenda obligó a pasarla para la mañana del día siguiente, en lo que fue una conversación que se extendió por dos horas. Dos horas.
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Se habían criticado mutuamente en meses recientes y Solís hasta se había disculpado, pero ayer hubo cordialidad.
Acompañado por Rodrigo, su hermano y exministro, Arias le expresó a su sucesor el escepticismo que siente frente a la tarea de mejorar las finanzas del Estado, pero igual subrayó la necesidad de hacerlo.
“Se lo acabo de decir al presidente. Fracasó don Abel (2002-2006), fracasé yo (2006-2010), fracasó doña Laura (2010-2014) y ahora no nos podemos dar el lujo de que Luis Guillermo no tenga éxito. Ha ido creciendo la deuda y seguirá creciendo. Hoy está en 43, y al final del Gobierno llegará a 55% del PIB más o menos. Es urgente resolver el tema fiscal”, con un déficit que roza el 6% del PIB.
Así contestó Arias una pregunta de los periodistas sobre la conversación con Solís, a quien asegura haber ofrecido ayuda para interceder ante diputados del Partido Liberación Nacional (PLN), pero reafirmando que, junto a la necesidad de aumentar los impuestos, el Gobierno debe recortar gastos, sobre todo en salarios de los empleados públicos.
Tributos. Arias le aconsejó a Solís tener cuidado en la presentación del presupuesto de la República para el 2016, al estimar que de eso podría depender la actitud de varios legisladores frente a los proyectos tributarios ya anunciados por el Ejecutivo. Se trata de planes para aumentar la recaudación del impuesto de ventas (que se transformaría en impuesto al valor agregado, IVA) y de renta.
Para él, lo que conviene es presentar juntos ambos planes y así hacer reformas progresivas y cobrar más impuestos a los que más ingresos tienen.
“Si es necesario arrollarse las mangas y ponerse a trabajar, yo lo haré, invitando diputados aquí a mi casa para conversar sobre la urgencia e importancia de aprobar estos nuevos ingresos”, pronunció el expresidente.
No es segura, sin embargo, la capacidad de influencia de Arias sobre la bancada del PLN, agrupación en la que ha perdido poder en años recientes.
Solís agradeció la cita y afirmó que “los desencuentros puntuales están en el pasado”. “En la política, a veces uno choca, hemos coincidido muchas veces y discrepado en otras”, dijo. Este jueves, ellos coincidieron. No así el diputado y fundador del gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC), Ottón Solís, quien señala a Arias como principal causante del déficit fiscal actual.
Después de recibir el poder con superávit, Arias aplicó un fuerte gasto durante la crisis internacional del 2008 e incluso aumentó la planilla estatal y sus salarios.
“En ese momento, lo importante era no caer en despidos masivos y el desempleo rampante. Era mejor una política de fortalecimiento salarial en esas circuntancias. Pero hoy día, las circustancias son totalmente diferentes”, admitió Rodrigo Arias.
La administración 2006-2010 fue la que registró mayor gasto en los últimos 25 años.