El Gobierno heredó de la administración anterior el INBioparque y las colecciones naturales del Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio), pero sin dinero para darles mantenimiento y, menos aun, para sacarles provecho.
El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y el Museo Nacional estiman que necesitan ¢8.785 millones para aprovechar el terreno de 72.000 metros cuadrados, en Santo Domingo de Heredia, y para conservar los 3,5 millones de especies de plantas e insectos.
Para evitar la quiebra del INBio, a raíz de una caída en la cooperación internacional, el gobierno de Laura Chinchilla adquirió la propiedad del INBioparque y se tuvo que hacer cargo de las colecciones.
La compra por ¢5.000 millones se dio un mes antes de que Luis Guillermo Solís asumiera la Presidencia y 13 meses después de que el Instituto reportara deudas por ¢6.600 millones, así como una amenaza de embargo del Banco Nacional.
La administración anterior planeó trasladar las oficinas del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) al INBioparque, para lo cual se requiere de más personal, nuevas instalaciones, equipo y mobiliario y costos operativos.
“Fue una decisión política (...) Queríamos salvar la capacidad científica y el prestigio internacional del INBio (...) y mantener el INBioparque abierto al público, para bioalfabetizar a nuestros estudiantes y maestros”, dijo el exministro de Ambiente, René Castro, quien lideró las negociaciones.
No obstante, la actual viceministra de Ambiente, Patricia Madrigal, dijo que esa compra “debía haberse pensado dos veces”.
Ante la coyuntura fiscal, las nuevas autoridades desconocen cuál uso se le dará al INBioparque: si lo mantendrán tal y como está, si lo transformarán en un centro de educación ambiental, o si lo darán en concesión a un tercero. De momento, es administrado por el INBio hasta marzo del 2015, año en que los bienes pasarán al Estado.
Tampoco definen a dónde ubicarán las colecciones que pasarán a custodia, en enero próximo, al Museo Nacional, el cual requiere de un edificio nuevo para albergarlas.
El Museo requiere invertir ¢4.121 millones en un edificio apto para albergar las colecciones, ya que la cantidad de especímenes que se le entregarán es diez veces superior al número de ejemplares que hoy tiene.Además requerirá contratar 11 expertos, entre biólogos e informativos, por unos ¢168 millones anuales.“No hay plata para ninguna de las necesidades futuras. Ya se hizo el presupuesto del 2015 y no se incluyó. Necesitamos de una negociación de alto nivel”, dijo la directora General del Museo Nacional, Rocío Fernández.“Estamos redactando un presupuesto extraordinario. Esperamos usar un superávit de la institución que ha sido histórico. Esperemos que nos autoricen a utilizarlo al menos para construir el edificio”, agregó.
De los ¢5.000 millones que costó la propiedad del INBioparque, la administración Chinchilla pagó ¢1.500 millones. El Gobierno actual adeuda ¢3.500 millones, que el Sinac debe cancelar en tractos mensuales por siete años. Solo están asegurados ¢418 millones en el Presupuesto Nacional 2015 .
El Sinac no cuenta con ¢602 millones para construir un nuevo edificio en ese terreno, pues además de hacerse cargo del INBioparque, el objetivo del gobierno anterior era trasladar allí la sede de esa entidad para ahorrar en los pagos de alquiler que ascienden a ¢318 millones anuales. Se carece además de ¢120 millones para acondicionar y equipar las instalaciones del parque, pues lo adquirieron sin el mobiliario.
El director ejecutivo de esa entidad, Julio Jurado, afirmó que la edificación no se podrá levantar en el 2015.
x“Ahora tenemos que reservar dinero para construir un nuevo inmueble, para pagar alquileres y saldar la deuda. Es una carga financiera importante. Yo no hubiese comprado ese terreno, es inadecuado”, expresó Jurado.
El jerarca del Sinac agregó que evalúan no trasladarse a Santo Domingo de Heredia, debido a las dificultades para acceder a la zona por el tráfico vehicular.
La viceministra de Ambiente añadió que las obligaciones adquiridas del INBioparque no son una prioridad de la actual administracióny que ese es un tema que deberá resolver el Consejo de Ambiente, el cual lidera el presidente Solís.
“No es una prioridad institucional, habría sido mejor utilizar esos recursos para comprar y construir un edificio en San José (...), Además, ahora ¿qué hacemos con ese centro de educación ambiental?, que es importante, pero es sumamente costoso y del cual no contamos con la información que nos diga si es realmente rentable”, afirmó Madrigal.
El director General del INBio, Randall García, aseveró que la compra cumplió con todos los requisitos legales e incluso tiene el aval de la Contraloría General de la República y de la Procuraduría General de la República.
García afirmó que se le dio prioridad al Gobierno, aunque se pudo vender esa propiedad en un precio superior a alguna empresa interesada en construir un proyecto inmobiliario
El funcionario justificó la venta ante la quiebra del INBio provocada por razones internacionales.
En los últimos 24 años el Instituto recibió donaciones por ¢20.900 millones procedentes de Noruega, España, Holanda, Canadá y el Banco Mundial, según datos del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
El exministro de Ambiente, René Castro, dijo que la compra respondió a un plan de emergencia para preservar ese patrimonio natural.Defendió la adquisición del INBioparque al asegurar que es un negocio rentable, el cual dejó los recursos suficientes para su mantenimiento.
“Les entregamos una empresa en marcha, una colección preservada y un INBioparque abierto. Ahora les toca pasar de la emergencia a la normalidad. Nosotros no vimos otra manera de hacerlo. Tal vez quienes me relevaron lo hagan mejor y más barato”, expresó Castro.