El Gobierno ve posibilidades de avance en materia fiscal ahí mismo donde la alianza opositora ve paredes. Este hecho quedó en evidencia ayer, justo después del cierre del discurso de rendición de cuentas del más reciente año de esta administración.
El presidente de la República, Luis Guillermo Solís, apretó con vehemencia la mano del presidente del Congreso, Antonio Álvarez Desanti, justo después de terminar su rendición de cuentas por el año de gobierno que cerró el 30 de abril.
Ambos dicen buscar el diálogo y el acercamiento; sin embargo, caminan en direcciones diferentes, y eso se demostró ayer, justo el día en que, pasados los sudores del 1.° de mayo, Solís estrenaba la modalidad de rendir cuentas un día después del Día del Trabajo.
Mientras los diputados de las siete bancadas de la alianza opositora exigen 30 medidas de recorte al gasto público, Solís reiteró ayer el llamado a aprobar proyectos de ley para nuevos impuestos.
Fue como apagar una fogata con gasolina. Apenas terminado el discurso de Solís, los jefes de las bancadas opositoras se levantaron de sus sillas para opinar ante cámaras y micrófonos sobre la petición de Solís.
Dentro del salón plenario, Álvarez Desanti tomó la palabra para hacer su propio balance del año de Gobierno.
¿El resultado? No hay entendimiento. Una babel legislativa donde el acuerdo se mantiene polarizado y donde cada parte echa para su saco.
Así, por ejemplo, los diputados cercanos al Gobierno en el oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC) aplauden el discurso de Solís y, según el parecer, del subjefe de bancada, Franklin Corella, se trató de un informe “concreto”.
Por su parte, Álvarez Desanti detallaba los aciertos en seguridad y manejo de la crisis migratoria de cubanos de parte del Gobierno, para, de seguido, golpear con señalamientos de ausencia de claridad sobre la “ruta” que debería trazar el Ejecutivo.
Pese a las críticas, y a la reiterada advertencia de que la oposición no dará tregua (“chocaron con pared”, dijo Otto Guevara), el ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, sonreía al dar declaraciones a los medios de comunicación, explicando que, a su modo de ver, no hay una negativa total.
“Acabamos de oír del presidente legislativo, que no es una negativa. Que lo que están proponiendo es saldar primero una agenda con proyectos de gasto, que hay anuencia al proyecto de fraude fiscal, yo no veo un cierre absoluto de posibilidades, lo que veo es un abordaje distinto al que venía haciéndose”, dijo Alfaro.
El presidente Solís estaba al otro lado del salón, saludando a diplomáticos, diputados y otros invitados especiales, pero sin acercarse a la prensa, que insistía en preguntarle al mandatario; este guardaba distancia.
Álvarez Desanti reaccionaba crítico, subrayando en cada frase el discurso opositor: primero, la agenda contra el gasto, y después, impuestos.