San José
El presidente Luis Guillermo Solís afirmó este miércoles, ante los 81 alcaldes del país, que el próximo gobierno deberá lidiar con un déficit fiscal del 10,5% del producto interno bruto (PIB), lo que "significará violencia", si no se aprueba la reforma fiscal que impulsa su administración.
Solís dijo que carga una cruz pesada, al impulsar la reforma de impuestos, porque está convencido de que el Estado necesita aumentar los ingresos después de muchos intentos fallidos por ajustar los tributos sobre las ventas y las rentas.
Con esos cambios, el Ministerio de Hacienda pretende recaudar ¢600.000 millones más por año, con el objetivo de reducir en dos puntos porcentuales el déficit fiscal, que cerró el 2015 en un 5,9% del PIB.
"Si no logramos concretar esta reforma fiscal ya, dentro de pocos meses vamos a pasar de un déficit del 6% del PIB a uno del 7% y, para finales de la administración, ese déficit llegará al 8,5% y esa cifra se convertirá en una carga impensable para la próxima administración", dijo Solís.
De inmediato, el presidente vaticinó un pésimo ambiente social para el futuro Gobierno, en caso de que no se apruebe el plan tributario.
"El siguiente gobierno va a tener un déficit del 10,5% y eso significará violencia en el país, como hubo en Grecia y en España, no creo que queramos llegar ahí. Nadie quiere llegar ahí", alertó el presidente, quien recién llegó de una gira de dos semanas por Europa y Estados Unidos, y quien se alista para volver a salir este fin de semana, esta vez a Cuba a una cumbre caribeña de jefes de Estado.
Reproche. Las alertas que encendió Solís no cayeron bien en la oposición representada en la Asamblea Legislativa.
El jefe de fracción de la Unidad Social Cristiana (PUSC), Gerardo Vargas Rojas, calificó como "apocalíptico" el discurso presidencial.
Para Vargas la intención del presidente, al darle ese tono a sus mensajes, está clara: dirigir las baterías hacia la Asamblea Legislativa.
Solís dijo el 2 de mayo, durante su segundo informe de labores ante el país, que su gobierno ya hizo la tarea en materia fiscal y que, ahora, le corresponde a los diputados trabajar en la solución del problema de finanzas del Gobierno central.
"Le hacen daño al mandatario sus constantes salidas del país porque se desconecta de la realidad de todos los días", afirmó Vargas, quien resaltó que en estos momentos la oposición negocia una hoja de ruta para empezar la discusión de varios proyectos para controlar el gasto público en remuneraciones y pensiones, mejorar el uso de los recursos públicos y, por último, discutir el aumento de impuestos.
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El diputado resaltó el trabajo que ha hecho la oposición junto con el viceministro de la Presidencia, Luis Paulino Mora, en la construcción del acuerdo que permitiría avances en la agenda legislativa en temas de gasto y tributos.
"Él (Solís) es el primer responsable de contribuir a generar un clima de tranquilidad y diálogo en el país", reclamó el jefe de la fracción del PUSC.
El 11 de abril, en Alajuela, el presidente Solís ya había advertido que, si no se aprobaban sus reformas fiscales, el país se expondría a "violentas medidas de ajuste con alto costo para las familias y actividades productivas más vulnerables".
Sin embargo, nueve días después, afirmó que no lo dijo "para amenazar con el cuero del tigre", sino para advertir sobre la necesidad de aprobar las reformas, mientras la oposición le reclama un mayor control del gasto público.