El presidente Luis Guillermo Solís acusó esta mañana de intransigentes a ciertos dirigentes de la huelga de educadores que se inició el 5 de mayo, al tiempo que dijo que no tolerará más la interrupción de clases. No obstante, declinó anunciar medidas sancionatorias todavía.
Así lo expuso el mandatario en el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), luego de que ayer se rompiera el diálogo entre el gobierno y las organizaciones sindicales del Magisterio.
"Hablar del Magisterio es exagerado porque hay una dirigencia gremial que debe asumir un liderazgo más firme para no dejarse manipular, pero otra parte de la dirigencia tiene un espíritu de intransigencia y de incapacidad de lectura del movimiento que no corresponde a lo que espera el pueblo de Costa Rica", dijo Solís.
"La continuación del movimiento o su agravamiento no es responsabilidad del gobierno, pero no será tolerado. Tenemos la responsabilidad de preservar las condiciones de trabajo de los maestros y, al mismo tiempo, los derechos de los estudiantes", continuó.
El miércoles, los gremios educativos rechazaron un borrador de acuerdo para solucionar el problema de pago de los maestros. Al Gobierno se le acabó la paciencia y la ministra de Educación, Sonia Marta Mora, anunció que no negociarán sino hasta que se reanuden las clases, además de que se aplicarán rebajos salariales a quienes no se presenten a trabajar a partir del lunes.
Según el presidente Solís, algunos docentes han regresado a las aulas, pero ciertos dirigentes tienen otros objetivos, como mantener un estado de agitación en las calles.
"No veo posibilidades de mejorar el acuerdo con el Magisterio", expuso Solís sobre el texto que los gremios rechazaron.