Las mujeres se alejan cada vez más de la lucha por la Presidencia de la República.
Camino a las elecciones del 4 de febrero del 2018, solo aparece una mujer, la diputada Natalia Díaz, como interesada en disputar la candidatura del Movimiento Libertario (ML).
Los demás partidos grandes ya cerraron el plazo para la inscripción de precandidaturas, sin que figure ninguna otra mujer en la lucha.
En la contienda interna del PLN, que culminó el 2 de abril, participaron cuatro hombres: Rolando González, Sigifredo Aiza, José María Figueres y Antonio Álvarez, quien ganó la candidatura.
La Unidad Social Cristiana (PUSC) cerró su inscripción con dos precandidatos: Rodolfo Piza y Rafael Ortiz.
Y lo mismo ocurre con el Frente Amplio (FA) y Acción Ciudadana (PAC), donde aspirarán a la candidatura solo varones: los diputados Francisco Camacho y Edgardo Araya, así como los exministros, Carlos Alvarado y Welmer Ramos, respectivamente.
Epsy Campbell estuvo a punto de confirmar su tercera precandidatura en el PAC (se postuló en el 2010 y en el 2014), pero al final desistió.
En los partidos no tradicionales tampoco descollan interesadas en la Presidencia.
Antecedentes. Pero las mujeres no siempre estuvieron tan lejos de la lucha por el poder.
La historia marca 1994 como el año en el que surgió la primera candidata. Se trata de Norma Vargas, quien conquistó el apoyo del Partido Unión Generaleña.
Ella volvió a estar en la papeleta presidencial en 1998, esa vez con Pueblo Unido. Sus dos postulaciones abrieron el cerrojo y otras mujeres la siguieron.
Así, Marina Volio (Rescate Nacional) y Yolanda Gutiérrez (Partido Independiente), también fueron candidatas en el 98.
Después, el empuje del género femenino en la lucha por la Presidencia fue inconstante.
Pasaron 12 años para que, en el 2010, Laura Chinchilla Miranda (PLN) y Mayra González (Renovación Costarricense) volvieran a posicionar a las mujeres rumbo a Zapote. Chinchilla logró llegar con un holgado triunfo en las urnas.
De no concretarse ninguna candidatura femenina para el 2018, serían las segundas elecciones seguidas sin mujeres en la carrera por la Presidencia.
Pero, ¿cuáles serían las causas si se prolonga la ausencia?
Para la jefa de fracción del PLN, Maureen Clarke, la principal causa es que las mujeres no se han empoderado de sus derechos políticos.
“No es una cuestión de cupos o de espacios, sino que se requiere de un cambio de mentalidad, tanto de las mujeres como de los hombres y, todavía, no estamos ahí”, afirmó la congresista.
Natalia Díaz opina que las causas son de carácter estructural y social.
“Los centros de poder dentro de los partidos están bajo control de los hombres. Los aspirantes a diputados triplican a las mujeres que muchas veces, llegan por cuotas de género que se imponen y no por haber ganado un proceso, lo cual impide construir mayores liderazgos femeninos”, afirmó Díaz, quien disputará la candidatura a Otto Guevara, el 16 de julio próximo.
Pero Fernando Zamora, secretario general del PLN, cree que la ausencia femenina es coyuntural.
“Con la victoria de doña Laura se demostró que los costarricenses no tienen ningún problema en elegir a una mujer”, dijo.
Por su parte, Pedro Muñoz, presidente del PUSC, dijo que desconoce porqué en su Partido no surgió ninguna precandidata presidencial.
“Las mujeres, en gran parte, fueron quienes sostuvieron al PUSC en sus peores momentos. A todo nivel nunca abandonaron el partido”, recalcó.