El gobierno de Nicaragua anunció que trabaja en una serie de mecanismos para garantizar un tránsito "ordenado y seguro" de personas por su territorio, ante “el crecimiento sin precedentes de movimientos migratorios en la región”, especialmente de cubanos, haitianos y extracontinentes (africanos y asiáticos).
"Las autoridades de Cancillería, Policía, Migración y Aduanas estamos coordinando esfuerzos para garantizar ese movimiento migratorio ordenado y seguro que nuestros pueblos necesitan como parte de su vida y relaciones propias entre pueblos hermanos", señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores nicaragüense en un escueto comunicado y sin ahondar en más detalles.
En dicha nota, con fecha del 6 de agosto, solo se precisa que se intensificaron los controles aéreos, marítimos y terrestres para evitar que el tránsito de esos migrantes depare en la comisión de algún delito vinculado con el crimen organizado, la trata de personas, el tráfico de armas y el narcotráfico.
"Ante las amenazas del crimen organizado y todos los peligros antes señalados estamos trabajando para organizar ese tránsito, protegiendo la integridad física y la vida de las familias y comunidades", agrega el comunicado MRE/DVM-AMM/0890/08/16.
Ese documento lleva la firma del subdirector de la Policía Nacional de Nicaragua, Francisco Díaz Madriz; de la viceministra de Relaciones Exteriores, Arlette Marenco Meza, y del viceministro de Gobernación, Luis Cañas Novoa.
El gobierno de Daniel Ortega hace esa comunicación pocos días después de que al menos diez migrantes, supuestamente de origen africano, se ahogaron en el lago de Nicaragua cuando intentaban atravesar el territorio nicaragüense en su ruta hacia Estados Unidos.
Al tiempo, decenas de indocumentados habrían sido detenidos y regresados a Costa Rica, pues se presume que ese el es último país que cruzaron, desde que empezaron el peregrinaje desde Brasil.
Actualmente, cientos de africanos y haitianos permanecen en las fronteras costarricenses, tanto en el norte como en el sur, luego de que Nicaragua decidiera desde noviembre del 2015 cerrar sus pasos internacionales.
Positivo. El canciller costarricense, Manuel González, calificó como un "elemento positivo" el comunicado de Nicaragua; no obstante, se mostró cauto debido a que dicho documento no aporta muchos detalles.
"El comunicado es un poco ambiguo porque no precisa cuáles son las acciones que piensa tomar; sin embargo, yo creo que hay que rescatar que es un elemento positivo porque es la primera vez en muchísimos meses que Nicaragua se expresa oficialmente sobre un problema que toda la región ha evidenciado, visibilizado y denunciado no solamente con la migración de cubanos, sino también de lo que se conoce como extracontinentales, fundamentalmente africanos y asiáticos, que cada vez vemos que no son tan africanos, sino más bien que son más haitianos", expresó González a La Nación.
Añadió que las autoridades de Nicaragua no han establecido ningún tipo de contacto con las de Costa Rica, aunque para él lo que procede es coordinar con organismos multilaterales como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) una solución regional conjunta.
"Si el interés es genuino, si la manifestación de buena voluntad es clara y podemos todos, no solamente Costa Rica-Panamá y Costa Rica-Nicaragua, sino toda la región, principalmente los que están involucrados desde Brasil hasta Estados Unidos, trabajar en conjunto como ha sido siempre el deseo podemos llegar muy lejos. Lo que ha pasado es que se cortó un eslabón en la cadena, precisamente por la posición adoptada por Nicaragua. Insisto, no se trata de lo que a nivel bilateral puede hacer uno u otro país, sino trabajar integralmente todos los países que estamos sirviendo en el tránsito de estos migrantes", declaró el titular tico de Relaciones Exteriores.
Él también recalcó que con el comunicado no se puede interpretar que Nicaragua abrirá sus fronteras y permitirá el paso de los migrantes varados en suelo nacional y de los que vienen en camino desde Suramérica.
"A pesar de que el comunicado (de Nicaragua) es positivo, no está reflejando el deseo de hacer ninguna coordinación bilateral entre Costa Rica y Nicaragua, no puede interpretarse que vayan a abrir sus fronteras y que vayan a permitir el paso de esas personas que se han acumulado en Costa Rica y que continúan acumulándose porque vienen caminando desde el sur", sentenció González.