El diputado y fundador del Movimiento Libertario, Otto Guevara, negocia con el banco Lafise un crédito para asumir las deudas que la agrupación acumuló después de la última campaña electoral.
Guevara pondrá a responder su patrimonio para saldar el pendiente de al menos ¢880 millones que el partido tiene con esa entidad financiera.
Ese monto es el remanente del fideicomiso con el que el partido financió la cuarta candidatura presidencial del hoy legislador y que no pudo saldar con recursos de la deuda política que otorga el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
Por la cantidad de votos alcanzada (11% para presidente y 8% para diputados), el Libertario tuvo el derecho a cobrar unos ¢1.829 millones al TSE, pero solo a Lafise le debe ¢2.500 millones.
Sin embargo, el partido no pudo disponer en su totalidad de los ¢1.829 millones, porque la ley lo obliga a reservar ¢55 millones para gastos de capacitación y organización y porque el TSE le descontó ¢155 millones que le había girado por adelantado.
Así, el pendiente con Lafise es de ¢880 millones, pero podría ser mayor si el TSE rechaza algunas de las facturas que se incluyeron dentro de la liquidación de gastos del Libertario.
Elecciones venideras. Guevara asegura que puso a responder sus propiedades, entre ellas, un porcentaje del negocio familiar, Cabinas San Isidro, en Puntarenas, para asegurarse que en los comicios municipales del 2016 y en los presidenciales del 2018 el Movimiento Libertario pueda ser sujeto a financiamiento.
“Yo soy un convencido de este proyecto político (...), es una cruzada por una ideología en la que creo firmemente, hay personas que le dedican su vida a un proyecto empresarial, a la filantropía, a alguna otra cosa, yo estoy dedicando mis años más productivos a un proyecto político en el que creo, entonces sí, he arriesgado mi patrimonio para respaldar deudas del partido”, dijo Guevara.
El libertario no quiso precisar cuál es el monto del crédito que está solicitando, solo dijo que era una cantidad “importante”, necesaria para cubrir la deuda con Lafise y otros pasivos personales.
“Aportando unas garantías, se están renegociando unos términos de pago, básicamente se está pateando la bola un poquito más”, agregó el legislador.
Aportes externos. Guevara espera que la agrupación cancele todas sus deudas gracias a la contribución estatal que cobrará por las elecciones de 2016 y 2018.
Según sus cálculos, el partido podría recibir unos ¢1.000 millones de deuda política en los comicios municipales, el doble de lo que obtuvo en 2010.
“Tengo la esperanza de que el partido salga favorecido de ese proceso y quede una cantidad importante de recursos. Cada candidato deberá buscar donaciones que después con facturas se le cobrarán al TSE”, agregó.
Además, en enero próximo el Movimiento Libertario comenzará a cobrar membresía a sus militantes para tener un flujo de ingresos constante.
“Mi propuesta es que no sea mayor a ¢2.000 por mes, con 5.000 afiliaciones tendríamos ¢10 millones fijos que también servirían para ir haciendo abonos a los acreedores”, afirmó Guevara.
Números rojos. El déficit del Libertario es superior a los ¢880 millones que le debe a Lafise, según los estados financieros de junio pasado, lo adeudado supera los ¢1.000 millones.
La agrupación se encuentra morosa con la Caja Costarricense del Seguro Social y mantiene cuentas por pagar con otros financistas de la campaña.
En las pasadas elecciones, la agrupación gastó más de ¢3.275 millones. Más de la mitad de los recursos los destinó en propaganda y publicidad (¢1.100 millones), y en la organización de plazas públicas, asambleas y comités (¢750 millones).