La firma del decreto para aplicar la FIV en el país levantó roncha entre los diputados de la Unidad Social Cristiana (PUSC), que temen que la técnica sea utilizada por personas homosexuales.
La reacción de la bancada de la Unidad fue inmediata, y mediante un comunicado, los ocho legisladores de la Unidad criticaron que la redacción no limita la aplicación de la técnica a parejas heterosexuales.
Lo anterior pese a que el presidente, Luis Guillermo Solís, había adelantado que el decreto no discriminaría en razón de preferencias sexuales, sino solo en el tanto las personas solicitantes del tratamiento demuestren que son estériles.
A criterio de los socialcristianos, esta redacción "abre la puerta" para que personas "sexualmente diversas" acudan a la FIV para tener hijos.
"El artículo 4 del reglamento reconoce la forma homóloga que se da con células sexuales de la mujer y el hombre que conforman una pareja; y la forma heteróloga, que se presenta cuando las células germinales han sido donadas por un tercero. De nuevo, aquí se abre el portillo para parejas sexualmente diversas", señala el documento.
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El reclamo de la bancada del PUSC se une al de los diputados de partidos evangélicos, quienes han señalado que esta técnica supone la "muerte" de "personas en estado embrionario", según manifestó el jefe de Renovación Costarricense, Gonzalo Ramírez.
Ramírez indicó el martes en el plenario legislativo que el uso de la fecundación en el país, se equipara con los asesinatos de judíos cometidos durante la II Guerra Mundial.
"Los grandes campos de exterminio pasaron de la Alemania nazi a la Costa Rica en la que hoy estamos viviendo, los grandes campos de exterminio pasaron de la Alemania nazi a la Costa Rica de la Administración Solís Rivera, eso es una barbaridad, ese es un decreto contra la vida", afirmó el diputado, quien también es pastor evangélico.
Por su parte, las campañas de la iglesia Católica han echado mano de reuniones con diputados de todas las bancadas para tratar de convencerlos de lo que consideran algo inconveniente para el país.
El 8 de agosto los obispos católicos "ofrecieron", a un grupo de legisladores los criterios por los cuales deberían rechazar el proyecto de FIV que está en el Congreso.
Se trató de "un desayuno entre amigos", dijo en ese momento el obispo Ángel Sancasimiro, quien atendió a los medios.
El 3 de abril pasado, durante las actividades de Semana Santa, el obispo de San José, José Rafael Quirós, calificó la FIV como un proceso de la "cultura de la muerte".
"Por supuesto que si la propuesta es de vida, hay que apartar todo lo que es la cultura de la muerte, la propuesta de muerte, y sabemos que ya sea la fertilización in vitro o la propuesta de aborto, son una propuesta de muerte", dijo el arzobispo.
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La tarde de ayer el presidente de la República, Luis Guillermo Solís, firmó el decreto mediante el cual se reactiva la FIV en el país, luego de 15 años de estar prohibida por un fallo de la Sala IV.
El decreto surge luego de que noviembre del 2012 la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenara al Estado costarricense a regular la técnica.
Hasta ayer, Costa Rica era el único país del hemisferio en impedir la FIV.
La oposición de diputados evangélicos y presiones de la iglesia Católica frenaron el avance de los proyectos de ley en el Congreso, ante lo cual, y para impedir nuevas condenas internacionales, el Ejecutivo emitió el decreto.
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