Los pluses salariales de las universidades públicas crecieron un 40% en los últimos cuatro años, por encima del aumento en el costo de la vida.
En consecuencia, en el 2014, las universidades de Costa Rica (UCR), Nacional (UNA), Estatal a Distancia (UNED) y el Instituto Tecnológico Costarricense (ITCR) desembolsaron ¢30.400 millones adicionales en anualidades, horas extra, dedicación exclusiva y prohibición.
En la misma proporción, también creció la partida de “otros incentivos”, en donde se incluye el pago extra que se le gira a los docentes por impartir clases fuera del Área Metropolitana, la recompensa por años de experiencia laboral, o bien, la retribución que reciben algunos académicos por los títulos universitarios que poseen.
Esos ¢30.400 millones de más, que hoy están pagando las universidades por pluses salariales, equivalen al incremento que los rectores negocian con el Gobierno para elevar, en el 2016, el presupuesto del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES).
Según datos de la Contraloría General de la República (CGR), un 56% del incremento de ¢30.400 millones los absorbe la UCR. Entre el 2010 y el 2014, esa casa de enseñanza requirió de ¢17.000 millones de más para sufragar los beneficios para sus funcionarios.
Incluso, el gasto por incentivos creció a un ritmo más acelerado que el de los salarios base, los cuales aumentaron en un 13% sobre el crecimiento de la inflación de los últimos cuatro años.
Bajo la lupa. Julio Calvo, presidente del Consejo Nacional de Rectores (Conare) y rector del ITCR, dijo desconocer los datos de la CGR y no se referiría a ellos. Sin embargo, reconoció que existen “ilegalidades” en el pago de pluses salariales y que cada universidad realiza una revisión para eliminar los abusos.
“Hay ilegalidades en las convenciones (colectivas, negociadas con los sindicatos) y vamos a entrarle eso. Va a ser un proceso paulatino. Es un compromiso que tenemos. Ya nosotros estábamos sintiendo que teníamos que ser más responsables en el manejo de varios incentivos. En el caso del Tecnológico, estamos en el proceso de identificación y evaluación”, declaró Calvo.
Uno por uno. El rubro de anualidades es el que consume la mayor parte del presupuesto para beneficios de las universidades estatales, que alcanzó ¢105.705 millones en el 2014.
La UNA, con un alza del 44%, es la casa de enseñanza que más ha elevado su gasto en ese plus salarial que se le paga a los funcionarios públicos como compensación por los años de trabajo en el Estado, seguido del Tecnológico (42,7%), la UCR (42%) y, por último, de la UNED (30%).
El ITCR encabeza la lista en la partida de dedicación exclusiva y prohibición. El año pasado incrementó en un 53% la cancelación de ese plus, que se le gira a algunos empleados como retribución por el impedimento que tienen para ejercer su profesión de manera libre, mientras trabajan en el Estado.
Mientras, la UNA casi triplicó su gasto en el rubro de “otros incentivos”. En el lapso de cuatro años llegó a pagar ¢1.500 millones de más.
La partida que registró el menor crecimiento fue la de horas extra, que solo tuvo un alza del 18% sobre la inflación. Colaboró la periodista Daniela Cerdas.