La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, evadió ayer una invitación formulada por el gobernante nicaraguense, Daniel Ortega, para que juntos reciban el fallo de la Corte Internacional de Justicia por el conflicto sobre l a isla Calero.
“No, nulo. Yo no puedo traicionar a Costa Rica. Yo quiero ser muy clara. Yo no voy a traicionar a Costa Rica en negociaciones paralelas que pongan en riesgo lo que es más importante para Costa Rica que es cuidar el caso en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya”, expresó Chinchilla, luego de la inauguración de la Ciudad Deportiva, en Hatillo 2, principal sede los próximos Juegos Centroamericanos 2013.
Si bien aún no hay una fecha para que la Corte con sede en la ciudad holandesa de La Haya emita un veredicto, el martes pasado Ortega formuló la invitación durante la ceremonia en la cual recibió las cartas credenciales del nuevo embajador de Costa Rica en Nicaragua, Javier Sancho, en la Casa de los Pueblos, en Managua.
Agencias de prensa internacionales apuntaron que Ortega hizo la instancia para “demostrar que somos realmente mujeres y hombres con un espíritu de paz, de reconciliación, de respeto a la justicia”.
Chinchilla evitó decir expresamente si aceptaba o no la invitación de Ortega. Por el contrario, fue directa al señalar que el lugar donde se escuche el veredicto de los jueces es “secundario”, pues lo importante es que se acate lo que dicte la corte internacional.
La presidenta aseguró que el tiempo para el diálogo con Nicaragua “ya pasó” y afirmó que por el contrario el gobierno de Ortega ha buscado plantear demandas contra Costa Rica. “Además, ha planteado su aspiración de hacer uso de pleno derecho del río Colorado”, se quejó Chinchilla.
El conflicto por la isla Calero, ubicada en la provincia de Limón, surgió en octubre del 2010 luego que Nicaragua inició el dragado del San Juan para facilitar la navegación, con trabajos dirigidos por el exguerrillero Edén Pastora.
Nicaragua emprendió los trabajos al alegar que contaba con un permiso verbal del entonces canciller René Castro.
Las obras que empezaron con el dragado del río, derivaron en la entrada a la isla de un contingente del Ejército nicaraguense, por lo que el país elevó la protesta a los órganos regionales, como la Organización de Estados Americanos, sin tener mayor rédito en ello.
De ahí que el 18 de noviembre del 2010, Costa Rica denunció formalmente a Nicaragua ante la Corte en La Haya, y desde entonces sigue a la espera de un veredicto.