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El gesto del presidente Luis Guillermo Solís, era elocuente. La renuncia de Celso Gamboa como ministro de Seguridad golpea el gabinete antes de cumplir su primer año de gestión.
“He encontrado en este periodo en Celso Gamboa a un compañero leal, eficiente, comprometido y vamos a extrañarle. Es uno de los funcionarios más distinguidos de esta administración”, dijo el mandatario ayer en Casa Presidencial.
Gamboa, de 37 años, vuelve al Poder Judicial, donde se desempeñó en variedad de puestos, destacando como fiscal en Limón hasta el 2011.
En ese año, la entonces mandataria Laura Chinchilla lo designó como viceministro de Seguridad, a las órdenes de Mario Zamora. Luego, en mayo del 2013, le dieron el recargo de la DIS.
Solís lo nombró al frente del Ministerio de Seguridad el 8 de mayo. Sin embargo, no llegó a cumplir un año en el cargo al aceptar la oferta que dice haberle planteado el fiscal general, Jorge Chavarría, en diciembre pasado.
El gobernante afirmó que espera encontrar al sustituto en el transcurso de esta semana, pues la salida de Gamboa se hará efectiva hasta el próximo martes. Mientras tanto, aseveró que el ministro saliente seguirá teniendo el mismo peso en su gabinete.
De seguido, y antes de ser consultado, Solís se apresuró a descartar al director de la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS), Mariano Figueres, para asumir el cargo.
Aclaraciones. Al hablar de su salida, Gamboa aclaró, también sin que mediara pregunta alguna, que mantiene excelentes relaciones con los ministros de la Presidencia, Melvin Jiménez, y de Ambiente, Édgar Gutiérrez, así como con el director de la DIS, Mariano Figueres.
De esta forma, el ministro salió al paso de lo que calificó como “especulaciones” que rondaron previo a su renuncia, en relación con su supuesto interés en asumir el ministerio de la Presidencia y diferencias con Figueres sobre fallas en la seguridad en la pasada Cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac).
También se ha mencionado la crítica directa que hizo en redes sociales hacia el titular de Ambiente por asistir a una marcha en contra del Poder Judicial luego del fallo por el caso del ambientalista Jairo Mora.
Al menos en cuatro ocasiones, Gamboa mencionó, por iniciativa propia, sus buenas relaciones con Jiménez, Figueres y en forma genérica, el resto del gabinete.
“No me queda más, reitero, que agradecerle la gran confianza que usted me depositó, señor presidente; la de don Mariano, la de don Melvin, y por supuesto, desmentir algunas cosas que son importantes y que habían nublado esta situación”, reseñó.
“En ningún momento me ofrecieron el Ministerio de la Presidencia. Tengo una perfecta, diáfana y transparente relación con el señor Mariano Figueres, con el ministro don Melvin Jiménez; una gran relación con el ministro de Ambiente, don Édgar Gutiérrez”, reiteró.
La decisión del fiscal Chavarría llega en momentos en que el Ministerio Público ha sido cuestionado tras la pérdida del caso por la anulación de pruebas clave del asesinato del ambientalista Jairo Mora en la playa de Moín.
Chavarría dijo a La Nación que el ministro Gamboa está entre sus planes de reorganización, tanto por el trabajo que el funcionario ha realizado en el pasado, como por los planes que tiene el jefe de la Fiscalía en el futuro.
