Una persona que tenga sexo con animales irá a la cárcel. Así de simple lo establece la iniciativa de ley de bienestar animal que avanzó ayer en el Congreso.
La pena para quien practique el bestialismo (definido por la Real Academia como la “relación sexual de personas con animales”) será de seis meses a dos años; igual sanción se aplicará a quien sea cruel u organice peleas entre los animales.
Estos castigos quedaron establecidos en el nuevo texto del expediente 18.298, avalado ayer en la Comisión de Ambiente del Congreso, luego de cinco años de trámite del plan.
La inclusión de esos delitos fue objeto de muchos debates entre los diputados y los sectores agropecuarios, al punto que en alguna de las discusiones se puso en duda si se debía incluir la zoosexualidad como una actividad penalizada.
En el caso de las peleas de animales, el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) se ha encargado de perseguir a los galleros, pero sin músculo para castigar la actividad más allá del decomiso de las aves empleadas.
De igual forma, ha sido la entidad encargada de quitarles animales maltratados a sus dueños, principalmente perros.
De hecho, el liberacionista Juan Marín destacó el consenso que llevó a la aprobación de un nuevo texto y adujo su satisfacción con la excepción hecha a actividades productivas y a los espectáculos públicos y privados.
Ronny Monge, también de Liberación, aseguró que el Gobierno debería despejar el camino a este plan contra el maltrato a los animales, porque “fue una promesa de campaña de Luis Guillermo Solís”.
Para los miembros del foro , los libertarios podrían ser el escollo a la ley, pues Otto Guevara puso mociones para permitir las actividades tradicionales con animales, sin éxito. En el 2011, el presidente de ese partido, Danilo Cubero, fracasó en su aspiración por la presidencia legislativa, tras conocerse que con frecuencia echaba a pelear gallos.