Sin reparo en expresar todas las ideas que se le vienen a la mente, Sergio Mena Díaz, uno de los rostros más jóvenes de la campaña electoral para el 2014, trató de resumir sus propuestas.
¿Quién es Sergio Mena?
Soy un hombre que trabaja todos los días, desde los 16 años. Estudié Administración Pública y Derecho. He trabajado por 10 años en la función pública, desde la Municipalidad de Montes de Oca, pasando por el Ministerio de Trabajo y como diplomático de carrera durante siete años en la Cancillería teniendo destinos como París y Trinidad y Tobago. A mis 30 años renuncio a la función pública para empezar los cimientos de lo que es hoy el Partido Nueva Generación.
¿Su formación política se la debe al PUSC?
Podríamos decir que mi origen político de adolescente joven es del Partido Unidad Social Cristiana, a mucho orgullo, porque, en ese momento, yo no conocía de la hecatombe de los presidentes.
¿Cuál es la propuesta política del Partido Nueva Generación?
Estamos proponiendo un término que a mucha gente no le gusta, es el relevo generacional político, que no pretende ubicar ministros de 23 años, ni ubicar diputados de 19 años ni 24 años, porque se ha entendido mal. El Partido va a generar una nueva generación de pensamiento, de mensaje político. Yo como soy de clase media no pertenezco a ningún sector productivo, no llevo dentro de mí ningún compromiso con ningún sector, simplemente, yo me presento ante todos los sectores: taxistas, porteadores, las iglesias, como esa persona que puede llegar a gobernar libre de presiones y libre de compromisos anteriores.
Los políticos dicen que el Estado no funciona y debe ser reformado. ¿Qué hay que hacer?
Hay que simplificar al máximo todos los mecanismos de relación ciudadano -gobierno, llámense formas de declarar los impuestos, formas de obtener los permisos de funcionamiento, las patentes municipales, las formas de tramitar en Migración y en el Registro Civil . Pienso que donde está la complicación está la corrupción, si nosotros simplificáramos al nivel máximo, digitalizáramos al nivel máximo la función gobierno-ciudadanos, no pagaríamos gavilanes en Migración.
¿Usted está de acuerdo con la concesión de obra pública?
Yo estoy de acuerdo con la concesión de obra pública a empresas costarricenses y a extranjeras, donde quien dirija la obra de construcción sea costarricense, así de puntual. Yo creo que el Gobierno necesita el concurso de la empresa privada para salir adelante, yo creo que la empresa privada no hay que negativizarla, no hay que polarizarla, hacemos un daño muy grande si seguimos pensando que la empresa privada no puede construir en el país con el Gobierno de la República.
¿Debe cambiar el esquema de la seguridad social?
Propondríamos iniciar el proceso para ver cómo asegurarle la solidez financiera al seguro social costarricense, sin destruir la Caja o deshacerla, como alguna gente piensa, pero incorporando un modelo donde pueda haber participación de la salud privada costarricense.
¿Cómo hubiera manejado el conflicto con Nicaragua?
Yo rompo relaciones con Nicaragua y mantengo las consulares. A los (nicaragüenses) que están aquí los regularizamos. Creo que el Gobierno lo que ha propuesto es denunciar a Nicaragua ante a La Haya. Miren yo soy joven, pero soy especialista en Derecho Internacional Público. Esas demandas no sirven para nada, la Corte Internacional de La Haya es un sentencia moral.
”Habría que tener mucha suerte y que aquí haya una especie de fuerza regional que la presidenta de Brasil, que Obama, venga a Nicaragua y le diga a Daniel Ortega que por favor se calme, pero no va a pasar. Entonces, yo creo que si no logramos que se vayan, yo preferiría construir una malla muy alta donde están ellos ahí, y donarles ese pedacito, que yo sé que son muchos kilómetros, pero vean que cosa más fea, es Costa Rica, es nuestra tierra y son intocables y son extranjeros y nos invadieron”.