Los gobiernos de México y Ecuador endurecen sus medidas para detener la migración cubana por la región, mientras la cifra de isleños estancados en Panamá llega ya a 3.500. En tanto, Costa Rica mantiene postura de deportar a los cubanos que ingresen irregularmente al país.
Este es el panorama de la discusión sobre la crisis migratoria, al cierre de la primera parte de una cita regional que se lleva a cabo en San José el día de hoy.
A la reunión, convocada por Costa Rica, asistieron vicecancilleres, jefes de migración y representantes de EE. UU., México, la mayoría de países de Centroamérica, Panamá, Colombia y Ecuador.
De los convocados, solamente faltaron las delegaciones de Cuba y Nicaragua.
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El vicecanciller costarricense, Alejandro Solano, dijo que la cita es un acercamiento para buscar una solución regional a la crisis que se destapó el 12 de noviembre pasado.
Explicó que la posición de México fue clara, al señalar que ese país no se prestará para nuevos puentes aéreos para facilitar el paso de cubanos hacia EE. UU., como sí lo hizo en febrero y marzo pasado, con los que estaban varados en Costa Rica y Panamá, en ese momento.
En cuanto a Ecuador, nación que sirve de entrada de los cubanos al continente, Solano enumeró una serie de medidas de ese país para frenar el flujo migratorio sin control.
Entre las medidas, mencionó el aumento en el costo de la visa para los isleños, que pasó de $100 a $400, además de una serie de requisitos para obligar a los cubanos a justificar su viaje, tales como solvencia económica y entrevistas que revelen quién y dónde se quedarán en Ecuador.
En cuanto a Costa Rica, Solano aclaró que el Gobierno no aplica un cierre de frontera, sino que exigir que los cubanos entren con visa al país. "Lo que pasa es que actualmente ninguno de los que se encuentran en el lado panameño cumplen con ese requisito", dijo.