Un grupo de taxistas persiguió, la noche del viernes, a un chofer afiliado a Uber hasta acorralarlo y destruirle el vehículo, incluso con un bate de béisbol.
Los hechos ocurrieron en San José a las 11:30 p. m., tan solo ocho horas después de que el servicio de transporte empezara a operar en el país, en medio de la oposición de los taxistas y de los recordatorios del Gobierno sobre su ilegalidad.
El chofer, de 32 años, quien pidió no ser identificado, relató ayer a La Nación que empezó a trabajar a las 6 p. m. por la novedad del primer día, aunque él planeaba hacerlo solo los sábados y domingos en horario diurno, para ganar dinero extra.
Dispuso de un Mitsubishi color rojo, modelo 2016, para atender clientes que solicitan transporte a través de la aplicación.
Según cuenta, le tocó recoger a un cliente en una zona de bares de barrio Escalante, en San José. “Ahí era el sitio de recogida del muchacho; yo no sé quién es. Ellos sí saben el color y la placa del carro y le ven la foto a uno. Llegué a la cuadra que me indicó la aplicación. El muchacho sacó la mano y pasó un taxi al lado mío. Como que se dio cuenta (de que era Uber), porque tengo un celular grande, con la aplicación abierta”, dijo.
El afiliado a Uber afirma que, en ese momento, subió el vidrio y el taxista empezó a seguirlo.
“Cuando vio que se montó (el cliente), el taxista se acomodó para empezar a perseguirme. Luego, aparecieron otros dos, luego tres. Hacia el centro comercial de Guadalupe, iban saliendo más y más. Cuando lo notamos, el cliente empezó a dictar los números de placas de los taxis al 911. El 911 debe tener la grabación.
”Empecé a dar vueltas por Calle Blancos. Me metí en contravía en un pedazo de la calle ancha de Calle Blancos a la Uruca”.
En esa ruta, ambos sufrieron un primer ataque: “Me cercaron tres o cuatro carros y pues ahí se bajaron. Empezaron a golpear el carro. Alcancé a medio chocar un carro (para lograr huir)”.
El chofer logró escapar por un espacio rozando otro auto, pero unas cuadras más allá lo alcanzaron de nuevo sobre la misma vía.
“Se vinieron más, cinco o seis, y me cercaron totalmente en un bar. Ahí no hubo escapatoria. Empezaron a golpear con patadas, piedras, un bate. Quebraron todos los vidrios, las luces. Había mucha gente, pero no nos auxiliaron. Les dije: ‘No lo vuelvo a hacer, les doy plata’. Solo decían: ‘Baje al muchacho’, pero no se quería bajar. No había forma de negociar. Creíamos que nos iban a golpear”, añadió.
Pese a lo ocurrido, no sufrieron golpes fuertes. Luego de que los taxistas escaparon, llegaron personeros del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), del Tránsito y de una aseguradora.
En el techo. Una vecina del lugar relató así lo sucedido: “Dos taxistas rodearon al muchacho en el carro, uno se puso adelante y otro atrás. Se bajaron y le agarraron el carro a patadas y después uno salió con un bate de béisbol y le quebró los parabrisas; se encaramaron encima del techo, le quebraron los focos. Ya era tanta la violencia que todos salimos; entonces, arrancaron soplados y los muchachos se quedaron aquí”.
La misma noche, aseguró el conductor, Uber se comunicó con él y le dijo que iban a ayudarle.
Rocío Paniagua, gerente de Comunicación de Uber para Latinoamérica, afirmó anoche que todavía están en el proceso de verificación del chofer y que, en caso de estar afiliado, se le cubrirán los daños para que circule de nuevo lo más rápido posible.
Repudia acto. Por su parte, el viceministro de Obras Públicas y Transportes, Sebastián Urbina, dijo que su cartera repudia enfáticamente este y cualquier otro acto contra los conductores que utilizan la aplicación Uber.
“Nunca incité a la violencia, ni he pedido a los taxistas de este país que tomen acciones contra los conductores que utilizan la plataforma Uber”, afirmó en un comunicado divulgado por la Casa Presidencial.
El viernes, el viceministro había dicho que la denuncia de la ciudadanía, incluida la de los taxistas, es un insumo que puede ser utilizado por la Policía de Tránsito en sus operativos. El Ejecutivo insiste en que este no es un servicio formal.
El chofer afectado lamenta tanto esa declaración como la ofrecida por el presidente Luis Guillermo Solís, quien dijo que, aunque el diputado Otto Guevara fuera en uno de estos autos, el Tránsito lo multaría.
“En parte, hubo incitación del Gobierno con esto, todo como que se confabula, y la gente que no entiende el sistema. De hecho, los taxistas se pueden meter, eso no discrimina nada”, añadió.
Sonia Monge, subdirectora de Tránsito, dijo que no podía confirmar que el auto destrozado fuese de un afiliado de Uber.
¿Piensa seguir dando el servicio? “No sé, probablemente puede pasar un mes mientras reparan el auto”, responde el chofer afectado, quien contó que entró a Uber para hacer dinero adicional pues él labora en un negocio familiar de ropa deportiva.