Política

La legitimidad política del país cae más en ranquin americano

Respaldo popular es el más bajo en 34 años, dice estudio hecho en EE. UU.

EscucharEscuchar
El presidente del TSE, Luis Antonio Sobrado, dio un discurso crítico el 2 de octubre al abrir la campaña. | JOSÉ ARCE (Jorge ARCE / EF)

Costa Rica celebrará en febrero sus cuartas elecciones generales de este siglo convertida en una nación distinta del paraíso de garantizada estabilidad política que era hasta hace pocos años.

Ya no es ese país que confiaba en su sistema político hasta en los peores tramos de una crisis económica, como ocurrió con Rodrigo Carazo (1978-1982).

Ya no ocupa los primeros lugares del continente en legitimidad de sus gobernantes, un factor clave para la estabilidad política que aún se le reconoce en el continente.

Costa Rica aparece en la casilla número 10 en la lista de apoyo al sistema político, entre 26 países del continente incluidos en el estudio de Barómetro de las Américas , que cada dos años se produce en la Universidad de Vanderbilt, en Tennessee , Estados Unidos.

En el informe, elaborado en el 2012, aparecen mejor ubicados nicaragüenses, salvadoreños, venezolanos y mexicanos, según el estudio que, para efectos de Costa Rica, se trabajó en coordinación con el proyecto Estado de la Nación.

La caída es notable, pues, en el 2006, los costarricenses ocupaban un cuarto lugar en el grado de legitimidad de su sistema político, solo por debajo de los uruguayos, los estadounidenses y los canadienses.

Con un 56% de apoyo al sistema político, este es el nivel más bajo en los 34 años desde que el Barómetro de las Américas hace la medición.

Así va el país a las elecciones de febrero, con partidos que están “desenchufados de la colectividad”, como dijo el presidente del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), Luis Antonio Sobrado .

“Es una erosión casi constante en el apoyo al sistema. No digo que en Costa Rica estén pensando en tener un (Hugo) Chávez, pero sí han perdido confianza en los líderes”, dijo el profesor Mitchell Seligson, director del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (Lapop, en inglés), que recoge las estadísticas de cada país.

Seligson les sigue la pista a las cifras políticas de todo el continente desde la Universidad de Vanderbilt, una de las mejores veinte de los Estados Unidos.

Allá ellos. Uno de los más útiles indicadores para ver cuánta legitimidad tiene el sistema político es la percepción popular de si los gobernantes los toman en cuenta. Aquí es donde los costarricenses aparecen insuperables: piensan que los gobernantes no están interesados en ellos.

Costa Rica se presenta como el último país entre los 26 países comparados en el 2012 pues solo el 25 % contestó afirmativamente cuando se preguntó: “¿Les interesa a los gobernantes lo que piensa la gente como usted?”.

“La gente ahora piensa que a ellos (los políticos) solo les interesa la cuenta bancaria, que solo están por su interés”, comentó Seligson, que dirigirá una nueva medición a mitad del 2014, cuando haya acabado el gobierno de Laura Chinchilla, también con alta impopularidad .

“Sentirse escuchado es base para la legitimidad del sistema político, y esta legitimidad es la base de la estabilidad política. En Alemania le pasó a la República de Weimar (antes de 1933) y hubo espacio para Hitler. No digo que aquí llegue un Hitler, pero el ser humano puede inventar muchas cosas”.

Otro estudio hecho en 2012 por la firma Unimer para La Nación reveló el deterioro del apoyo ciudadano a la democracia pues en seis años pasó de 78 % a 57 % la cuota de gente que la considera “preferible” sobre cualquier otra forma de gobierno.

Además, se duplicó el porcentaje de quienes verían positivo un gobierno autoritario pues pasó de 11% en el 2006 a 22 % en el 2012.

Para Seligson, Costa Rica aún tiene ventajas sustanciales sobre otros países. Opina que la democracia no está en riesgo, aunque admite que las cosas han cambiado: “Siempre decía a los estudiantes que Costa Rica era el mejor país del mundo; ahora pienso que no”.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.