
La nueva ley que reforma al Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) recibió esta mañana la firma definitiva del presidente Luis Guillermo Solís, con la intención de expandir el programa que permite a pequeños negocios obtener créditos hasta de ¢65 millones, así como acompañamiento para la empresa.
De esa manera, la ley 9274 queda solo en espera de que se afine un reglamento de operación que ya está en borrador, lo que permitiría la ejecución plena del SBD unos seis años después de que fue planteado en la Asamblea Legislativa.
Aunque el Sistema de Banca para el Desarrollo ya funciona, esta ley introduce cambios considerables. El principal de ellos es la puesta en disposición de un fondo de ¢296.000 millones procedente del peaje de 17% de la captación en cuentas corrientes de los bancos privados, que hasta ahora ha estado ocioso. También, se cuenta con recursos del llamado impuesto a la banca de maletín (personas o entidades que no están domiciliadas aquí, pero ofrecen préstamos en el país), por unos ¢15.000 millones anuales.
El SBD es accesible en 42 puntos del país para microemprendedores y pequeños empresarios, pero en adelante entrarán todos los bancos a trabajar con estos recursos, además de cooperativas y mutuales.
El ministro de Economía, Wélmer Ramos, insistió en que eso no es solo un financiamiento, sino un paquete completo de ayuda al emprendimiento, pues brinda asesoría y acompañamiento del negocio. Incluso, el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) destinará el 15% de su presupuesto para dar servicios que requieran los beneficiarios.
El SBD fue promovido en el 2007 como una forma de atender los posibles impactos del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Solís firmó la ley en el beneficio Diamante, en barrio Mercedes de San Isidro de Atenas, con presencia de políticos de todos los partidos.
Para más información sobre el sistema, el Ministerio de Economía puso a disposición el número 25 49 14 00,con la extensión 100.