Como una medida de protesta diplomática y para expresar su malestar, el Gobierno decidió ayer “llamar en consulta” al embajador tico en Managua, Javier Sancho Bonilla.
Se trata de un retiro temporal que podría prolongarse “días o semanas”, según manifestaciones del propio canciller Enrique Castillo.
“Es por tiempo indefinido, pero es una de las primeras medidas que hemos tomado hoy (ayer) y ya la ejecutamos. Él está aquí, igual que se acordó la entrega de la nota de protesta”, añadió el jefe de la diplomacia.
Sancho retornó al país avanzada la tarde de este miércoles para incorporarse a la reunión con la mandataria, Laura Chinchilla, en la Casa Presidencial.
“La llamada en consulta de un embajador en una circunstancia como esta es una medida diplomática fuerte, de protesta para el país receptor de ese embajador”, añadió Castillo.
Javier Sancho fue designado en Managua en junio del 2012, aunque logró completar el trámite para instalarse en el cargo hasta febrero del 2013, pues Daniel Ortega tardó en llamarlo y darle cita para recibirle las cartas que lo acreditan como tal.
Dos años atrás, en mayo de 2011, el país revocó el nombramiento de Melvin Sáenz en esa embajada debido al conflicto limítrofe entre los países.
Aparte de la “llamada en consulta” del embajador, el país entregó ayer mismo una nota de protesta al embajador nicaragüense aquí, Hárold Rivas.
Asimismo, el Gobierno “alertó” a organismos multilaterales de las “amenazas” de Nicaragua para que “tomen nota en vista de eventuales acciones”.