Procedentes de localidades como Sardinal, Quepos, Garabito, Santa Elena, Miramar, Esparza, Golfito y Jicaral, entre otras, cientos de puntarenenses llegaron hoy a la Basílica de Los Ángeles para cerrar la novena a la Virgen de los Ángeles.
Pastoreados por Óscar Fernández, obispo de 63 años nacido en Oreamuno de Cartago, los puntarenenses inciaron la misa a las 11:12 a. m. con la colocación de un vestido que llevaban para la imagen morena que en 1635 apareció en La Puebla de los Pardos, donde hoy se encuentra la Basílica.
Fernández comenzó su homilía fustigando los efectos del desarrollo económico excluyente, que tienen a Puntarenas con serios problemas de empleo en campos tan importantes como el turismo y la pesca.
A los pies de la Virgen de los Ángeles dijo que la falta de empleo desemboca en crimen organizado, sicariato y narcotráfico, males que absorven a la juventud que está en condiciones vulnerables.
Otra consecuencia del desarrollo excluyente se refleja, según Fernández, en el aumento de la drogadicción, alcoholismo y prostitución debido a los sueños truncados de padres e hijos.
Aunque reconoció los esfuerzos por atender a las personas enfermas, insistió en la urgencia del nuevo hospital de Puntarenas. Dijo que la enfermedad no espera y que al fragmentarse el hospital Monseñor Sanabria, por el terremoto del 5 de setiembre del 2012, la atención médica pasó a ser otro problema fundamental de los porteños.
Periodista en la sección de Sucesos y Judiciales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica.
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