Rodrigo Arias López, Alexander Ramírez González y Luis Barboza Chinchilla son actuarios de la Escuela de Matemática de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Durante el último año, fueron los responsables de chequear la salud financiera del principal régimen de pensiones del país: el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), a cargo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Estos especialistas presentaron cuatro escenarios a la Caja.
En uno, la jubilación se puede dar entre los 60 y los 70 años. La edad de retiro dependerá de varios requisitos que contemplan número de cotizaciones y variaciones en los beneficios.
En los otros tres escenarios, el retiro se podría programar entre los 65 y los 70 años.
Aquí, aseguran, la mitad de quienes se pensionen en el futuro lo harían a los 65 años, y solo los que tienen entre 15 y 25 años de aportar cuotas al IVM porque empezaron a cotizar tarde se retirarían con una pensión proporcional hasta cumplir 70 años.
Ahora la pelota está del lado de la Caja, donde se decidirá cuál de los escenarios --o ninguno-- se someterá a discusión en el proceso de consulta que se iniciará este mes, con la convocatoria para elegir a los representantes de los diferentes sectores.
La siguiente es la entrevista que sostuvieron con el director de GN Medios, Armando González, el 1°. de febrero, en donde describen las generalidades de cada escenario y reiteran el llamado a tomar decisiones con carácter de urgencia.
¿Hay motivo para preocuparse sobre la condición actual del IVM?
Alexander Ramírez (AR): En el estudio pusimos que hay un sentido de urgencia en resolver este problema, que si no se ataca apropiadamente va a salir más caro y difícil de resolver. El resultado que el estudio arroja es que hay que hacer cosas ya, lo antes posible. Nosotros creemos que si se hace en el corto plazo se podría resolver de alguna manera el problema.
Lo que usted me está planteando ahora se pudo haber dicho hace diez años, quizá no con el mismo grado de urgencia. ¿No cree usted que se pudo haber dicho también que era urgente meterle mano a esto?
Alexander Ramírez: Algunas de las políticas que se mencionan en el estudio que gastaron la reserva en los últimos años, hace diez no habían entrado en vigencia. El estudio tiene dos partes, una de corto y mediano plazo donde la reserva se acaba, pero también hay un tema de largo plazo donde la demografía del país no perdona. Los radios de soporte o número de personas que mantienen a un pensionado, hace que haya medidas fuertes que se deban tomar y que se pudieron tomar hace unos diez años. Estas medidas se pudieron haber tomado hace cinco o diez años, y no creo que vayan a ser tan distintas, por lo menos no en el largo plazo.
La razón por la que hablo de hace cinco y hace diez años es porque esos son los plazos en que la Superintendencia de Pensiones (Supén) estuvo insistiéndole a la CCSS en la necesidad de tomar medidas. Y son plazos en los que también se hicieron estudios que hablaban de fechas muy parecidas.
Rodrigo Arias (RA): Las medidas se pudieron haber tomado desde la década de los años sesenta cuando aumentó la esperanza de vida a los 70 años, y luego hasta los 80 años. Se pudo haber aumentado la prima desde hace muchos años y no nos hubiésemos como acostumbrado a creer que en el IVM nada más era un 7,5%, que fue el nivel que tuvo durante 60 años. Y además bajaron las edades de retiro, de 65 a 55 y luego a los hombres a 57. Luego la subieron pero no quedaron a los 65, y quedaron a los 60 (mujeres) y a los 62 años (hombres). El hecho de que hubiesen ajustado la prima en el nivel adecuado nos hubiera sacado del confort de creer que ese era el costo, el 7,5%. Pero eso no significa sería barato si lo hubiesen hecho desde aquel tiempo, no significa que estuviéramos pagando un 12% o un 13%, probablemente estaríamos pagando un 17%, un 18% o un 20%, más lo del régimen de pensiones complementarias.
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Ustedes hablan que si se toman las medidas ahora, podemos resolver el problema pero no es gratis. Ustedes hablan de manejar los tres elementos fundamentales que son cotizaciones, edad de retiro y beneficios. Ahora, ustedes fijan montos que serían deseables, pero, ¿no están sugiriendo que, para arreglar la cosa, haga falta llevar todo hasta esos topes? ¿Hay que elevar la edad a 70 años y las cotizaciones al 26%?
Rodrigo Arias: Estamos hablando de cuatro escenarios, no estamos diciendo únicamente 70 años, y hay que verlos uno por uno. Por ejemplo, la CCSS podría optar por aprobar el escenario 1, el 2, o el 3 o el 4. O simplemente diseña otro escenario. Cada escenario tiene sus requisitos, condiciones y costos sobre los salarios.
"En la opción número uno, lo que hay de modificación a lo que dice la normativa actual es que no se permite anticipar el retiro antes de los 65 años: La edad queda en 65 años con 25 años cotizados, y el beneficio básico lo reduce de una tabla que varía hoy de un 43% a un 52,2% por los primeros 20 años laborados, lo deja fijo en un 40% por los primeros 20 años. En la reforma es por los primeros 25 años, que sería un cambio con respecto a lo que está ahora. Y luego por cada año cotizado después de 25 años laborados le da un 1% adicional. De manera que alguien con 35 años laborados tendría un 40% más un 10%, o sea un 50% del salario promedio de referencia".
Alexander Ramírez: "Ese escenario número uno es el que lleva a tasas de cotizaciones del 26% ...
Luis Barboza: "... en el 2060".
Alexander Ramírez: "Y ese escenario fue el que se construyó a partir de sugerencias de la CCSS. En ese no hay nada de 70 años, y lo que hay es que se elimina el retiro anticipado y se hacen otros cambios. Nosotros sentimos cuando se trabajó, que esa cotización del 26% era excesiva. De hecho todo el mundo lo ha visto así, no solo así".
Luis Barboza: "Pero excesiva al largo plazo porque es gradual. Estamos hablando que es al 2060".
Rodrigo Arias: "El segundo escenario, le adiciona un poquito de manera que los hombres puedan anticipar el retiro a los 60 años. Solo que se aumentan las cuotas como dos años, en lugar de 38 van a ser 40 años, para poder retirarse a los 60 años tanto hombres como mujeres. A los 65 años, se aumentan los requisitos de 25 años a 30 años cotizados. A los 70 años, queda en 25 años cotizados. Pero si tiene entre 15 y 25 años cotizados, a los 70 años tendría derecho a una pensión proporcional, que es la misma a la que tiene derecho el trabajador en este momento según el reglamento. De manera que, en realidad, a los 70 años lo que se pediría son 15 años para poderse retirar. Creemos que es razonable. Sería la gente que ingresa de manera tardía (a cotizar). Esto tendría un costo del 23% para la cotización a partir del 2060".
Luis Barboza: "Porque los niveles actuales del 10%, y del 8,5%, se establecen escalones con intervalos de 5 años, donde poco a poco ese nivel de cotización va subiendo hasta el 2060, dependiendo de los escenarios".
Alexander Ramírez: "La idea es que, haciéndole más difícil a la gente pensionarse o exigiéndole cotizar suficiente para pensionarse, y permitiéndole pensionarse a los 60 años se podrían bajar las primas hasta el 22,6%. Esta fue la evolución de los escenarios: restringimos de alguna manera los requisitos de pensión y esto permite bajar la prima un poco".
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Rodrigo Arias: "El hecho de aumentar dos cosas, las cuotas y las edades de retiro permite financiar en parte que los hombres se puedan retirar a partir de los 60 años con 40 años cotizados".
Eso en el tanto el mercado laboral permita cotizar solo para pensiones un 23%, lo cual es una cosa muy remota.
Rodrigo Arias: Podemos entrar a analizarlo. Hay países, como un grupo de nueve europeos que determinan que los porcentajes de contribución en esos países que son punta de lanza en materia de seguridad social, el nivel de contribución que pagan actualmente varía entre un 25% y un 35% sobre el salario en pensiones exclusivamente, y lo que están pagando es lo mismo. Si uno ve los gastos en pensiones lo que sobra es muy poquito. Esto representa en términos del PIB valores entre un 11% y un 16,5%; en promedio es un 14% la contribución. Aquí, si tomamos en cuenta el Régimen No Contribituvo (RNC), el IVM, más el régimen obligatorio de pensiones, estamos en menos del 5% sobre el PIB. ¿Cuánto gasta Uruguay, por ejemplo, en pago de pensiones? Un 8% del PIB. Nosotros gastamos gastando menos del 3,5%. Argentina gasta casi un 7%. Es decir, estamos gastando la mitad de lo que gasta Argentina y un tercio de lo que gasta Uruguay.
Argentina no es buen ejemplo. Uruguay, quizá.
Alexánder Ramírez: El asunto es que aún así nosotros seguimos con la opción tres con el objetivo de bajar eso.
Rodrigo Arias: En esa opción lo que hicimos fue eliminar ciertas cosas de la opción dos. Básicamente, no permitir que ni hombres ni mujeres anticipen la edad de 65 años. Se van a pensionar entre 65 años y 70 años. Con 65 años requerirían 30 años cotizados o más. Y luego, a medida que van siendo mayores hasta los 70 años van a requerir 15 años nada más. Entre 15 y 25 años de cotización, van a recibir la pensión proporcional. Y si tienen entre 25 años y 30 años recibirían la pensión completa. Según las estimaciones, aproximadamente la mitad de las pensiones nuevas van a pensionarse a los 65 años, y el resto se va a pensionar desde los 65 años y hasta los 70 años. Esa es la opción tres.
Alexander Ramírez: ¿Quiénes no se pensionarían a los 65 años? Quienes, por diversas situaciones, no hayan cotizado suficiente como para tener ese número de cuotas, sí, es un problema social el no permitirle la pensión a estas personas y exigírselas hasta lo 70 años. Pero es una forma de que el régimen sea sostenible. Estamos hablando de gente que, si lo hace de forma contínua, está empezando a cotizar a los 40 años. Alguien así no tendría el derecho de pensionarse a los 65 si no que tiene que esperar hasta los 70. Pero alguien que empieza a cotizar de forma regular en sus 20 o en sus 30, sí podría pensionarse a los 65 años.Y con eso se van los costos a un 21,4%.
Rodrigo Arias: Y la opción 4 lo que hace es ajustar la opción tres un poquito. De manera que el beneficio por crédito pasado después de 25 años, por ejemplo, si alguien cotiza 40 años, entonces no se le daría un 1% constante después de 25 años, sino que el 1% sería de los 25 a los 30 años. Pero de 30 a 35 años de cotización que baje a 0,75%. Y así sucesivamente, de manera que si tiene más de 40 años de cotización solamente se le daría 0,25% por año cotizado en exceso de 40. Además se aumentan los requisitos de cotización en el caso de invalidez: de diez años de hoy, a los 48 años de edad, hasta que, gradualmente, a los 65 años el requisito sería de 15 años en lugar de diez.
Alexander Ramírez: Esto reduce el costo a un 20%. Sin embargo, el 20% es una estimación a cien años.
Rodrigo Arias: Los escalones serían cada cinco años, en forma tripartita: Estado, patrono y trabajador.
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¿Se ha inclinado el Gobierno o la CCSS por alguno de estos escenarios?
Rodrigo Arias: El escenario uno, lo hicimos en conjunto con la CCSS. Luego, se nos pidió que hiciéramos un escenario 1B.
Claro, el escenario 1 termina con una cotización que realmente, insisto, me parece irreal. Y el escenario dos, es cómo hacer para que nosotros que tenemos expectativas de vida de país desarrollado, nos pensionemos a los 60, y no a los 65 o a los 70 como sucede en los desarrollados. La CCSS, ¿está satisfecha con lo que hay que hacer de acuerdo con los escenarios?
Luis Barboza: La CCSS lo que está es satisfecha es con el estudio técnico.
Alexander Ramírez: Sobre lo que la Junta Directiva vaya a decidir, no tenemos idea.
Ustedes expresaron dudas sobre la capacidad actuarial de la CCSS, sobre las proyecciones que hicieron en sus momentos. ¿Qué les hace pensar que ahora la consideración que la Caja vaya a tener del problema sea distinta?
Rodrigo Arias: Dentro de las recomendaciones vienen algunas enfocadas a mejorar esa parte. Que en el futuro sean más robustos, más transparentes también con la sociedad. Que la unidad actuarial esté siempre preocupada de informarle al cuerpo directivo cuáles son las implicaciones de las decisiones que toman, de largo plazo sobre todo. Que en esas estimaciones sean lo más técnicos posibles.
Alexander Ramírez: Hay una responsabilidad directa a la hora de incluir directivos dentro de los comités de riesgo.
Rodrigo Arias: Particularmente, como una opinión mía como ciudadano, creo que la Caja debe ir más allá incluso de lo que recomendamos en el informe, con decisiones más drásticas.
¿En qué materia?
Rodrigo Arias: En la parte actuarial, es mi opinión, yo diría que debe descontaminar la función actuarial que se ha adornado mucho con la función económica. Eso permite que se presenten ante la Junta Directiva cálculos que no son estudios actuariales pero que los reemplazan. Quizá una de las primeras decisiones que debe tomar la Caja sería separar esas dos funciones: que la parte económica de calcular intereses lo tenga otra unidad; por ejemplo, la Gerencia Financiera. Y que la Dirección Actuarial sea exclusivamente actuarial, y además, que quien esté a cargo de ahí sea un profesional con título de actuario y que esté nombrado en propiedad por seguridad y para garantizar la continuidad. Esta es una opinión personal mía.
Alexander Ramírez: La idea es que un encargado del área actuarial no tenga que ver nada con lo financiero porque no puede ser parte de la gestión activa.
Luis Barboza: Los mismos modelos que se usan internamente, también sería una buena idea de que gente externa les hagan validaciones periódicas de forma independiente a la dirección actuarial. Esto es un estándar a nivel internacional en áreas como banca y seguros.
Sin embargo, siendo esa una práctica internacional, el régimen de pensiones más importante del país no la ha adoptado.
Luis Barboza: Es algo que no solo es exclusivo de la Caja. El sistema financiero en general se está adaptando a esas nuevas prácticas.
En buena hora, pero volviendo al régimen de pensiones más importante del país, del cual dependemos la inmensa mayoría de trabajadores costarricenses. Estamos hablando de prácticas que si nuestra banca no las había adoptado hasta ahora, sería también incomprensible. Lo que esto vendría a decirnos es que la banca también es un problema muy grande, pero,¡caramba! El régimen de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja... Yo he seguido muy de cerca el debate. No soy actuario pero las dudas que despertaba la Supén era para que la Caja las hubiera atendido en su momento. Por eso les pregunto: ¿tienen alguna noticia de que la Caja vaya a actuar sobre la base de estas recomendaciones?
Alexander Ramírez: No somos fuente oficial de la Caja, y en realidad no tengo noticia.
Rodrigo Arias: Lo que la CCSS ha dicho es que va a sacar a consulta popular de diferentes sectores un paquete de opciones. No sé si ya las va a plantearo o si dentro de ese proceso va a aceptar sugerencias.
Alexander Ramírez: Nosotros no somos representantes de la Caja. De hecho, hicimos sugerencias y críticas a la Caja. En algunas cosas estamos de acuerdo con la Gerencia de Pensiones y en otras no.
Lo completo plenamente, pero en el informe ustedes señalan que se habla de urgencia. El cronograma que ha planteado la Caja nos lleva a diciembre fácil, y de ahí a la próxima administración. ¿Tenemos tanto tiempo? No les estoy preguntando si les parece bien o mal, les estoy preguntando por el tiempo.
Luis Barboza: Desde el punto de vista actuarial, lo que es corto, mediano y largo plazo no es el mismo corto, mediano y largo plazo que se genera a nivel político. Para nosotros, corto plazo son cinco años; mediano plazo, pueden ser 20 años; largo plazo pueden ser 100 años.
Si el Gobierno, hablando del Estado, actúa en cinco años va a estar actuando en el corto plazo. Cinco años es 2022, un año antes de la primera fecha posible que ustedes prevén un desastre.
Rodrigo Arias: La CCSS debe tomar una decisión que por lo menos le dé salud al régimen por 50 o 60 años más. Esto lo tiene que hacer, a lo sumo, en un plazo de dos años. Entre uno y dos años. Es mi opinión personal. Si no después van a tener que actualizarse muchos cálculos y van a ser diferentes.
Mi punto es este: entiendo que el corto plazo técnicamente pueden ser cinco años. Pero si a uno le diagnostican una enfermedad terminaly le dan seis meses de vida, cinco años no es corto plazo.
Alexander Ramírez: Ya la Caja hizo algo que está en línea con lo que hay que hacer en el primer quinquenio de acuerdo a lo que proponemos. El problema aquí es pensar que el asunto está solo por el lado de los ingresos, porque a nadie le gusta que le toquen los beneficios. El temor mío, personalmente, es que se cree una columna de humo. Ese 1% de incremento no resuelve el problema, porque los costos siguen siendo los mismos. Si no se tocan los beneficios, los costos suben para arriba del 30% en el largo plazo. Hay que hacer algo ya, y ese algo tiene que ser más integral que solo ese incremento.
Ahí entran los distintos escenarios que ustedes planten. ¿Cómo se tocan los beneficios en esos escenarios?
Rodrigo Arias: En el escenario número uno, el beneficio de pensión se reduce como un 23% en promedio. En los otros tres escenarios, se reduce como un 30%.
Reducir los beneficios un 30% es también un porcentaje muy importante. Los escenarios combinan los tres factores, con excepción del dos. En los demás, hay tres sacrificios en todos. ¿Cuál les parece, si es que lo han discutido, el más deseable?
Rodrigo Arias: En el informe dijimos que los escenarios 3 y 4. Un poco pensando en que un costo del 20% sobre los salarios, si se hacen arreglos en el país a nivel de cargas sociales (modificaciones en el cobro de impuestos y tomando en cuenta que en el largo plazo el Estado no va a tener regímenes como los de Hacienda y los de reparto del Magisterio Nacional), un 20% más lo que viene del régimen de pensiones complementarias, en el largo plazo lo que realmente se va a pagar es un 28% lo que se va a pagar tomando en cuenta el ROP.
Alexander Ramírez: O sea, mantener el régimen mixto.
Rodrigo Arias: Y robustecer los regímenes, tanto los de cuentas individuales como el IVM.
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¿Y cómo podemos garantizar que la Caja no tome las mismas decisiones que condujeron a este desastre?
Alexander Ramírez: Creo que han sugerido algunas formas de cambiar la estructura de la Caja, pero es un tema más político. Nosotros hacemos las mismas sugerencias de independencia de la dirección Actuarial y de revisiones externas. Esto le da fuerza a la opinión pública para tomar control sobre lo que ocurra en el régimen, que nos afecta a todos. Como equipo nunca hemos discutido sobre los cambios estructurales que se han propuesto hasta hoy.
La pregunta que formulo porque, por bien que lo hagamos, ese riesgo existe como lo muestra la historia.
Alexander Ramírez: Lo que pasa es que si usted, antes de tomar una decisión, está obligado a tener un estudio independiente que demuestre que esa decisión no va a ir en detrimiento del régimen en un futuro, y ese estudio actuarial tiene cierta calidad que le permita al público enterarse de lo que va a pasar, la sociedad puede tener algún decir. El problema está cuando se toman decisiones a puertas cerradas, con estudios que se pasan por actuariales y no lo son y que tal vez dicen que las cosas no van a salir tan mal cuando en realidad sí van a salir mal. Si usted no tiene un estudio validado externo, usted puede jugar con eso. Pero si tiene uno, hay menos espacio para jugar políticamente. Si los números no cierran no se pueden tomar decisiones.
Rodrigo Arias: Reducir a cero el riesgo no es posible en ninguna parte, lo que se puede hacer es mitigarlo. Creo que la CCSS tiene que mejorar sustancialmente la gestión de riesgo en general, no solo en el IVM. Eso está claro. Vamos hacia el desarrollo, tenemos que apuntar hacia el progreso. No podemos ver los países que están en la miseria. Tenemos que ver hacia adelante. Es una cuestión en general que la población debe reclamar y en la Caja los administradores deben entender eso, así como que están gestionando recursos públicos. La parte de gestión de riesgos es medular. Esto que hace la auditoría de trasladar los dineros (pensiones complementarias) es no saber nada de gestión de riesgos. ¿Quién los va a auditar? La auditoría está confundiendo ahí la función que ellos tienen con lo que es la administración activa.También se ha hablado de que la Supén regule la CCSS. Es un tema que también se tiene que debatir. En las actuales circunstancias, personalmente yo estaría en contra porque al final puede ser peor. Tendría la ley que ser muy clara y transparente para ser una forma técnica apoyada en las mejores prácticas de gestión actuarial.