Aunque se esperaba que comenzara a regir en mayo, varios ajustes técnicos atrasarán hasta julio la entrada en operación de la nueva modalidad de aseguramiento para empleadas domésticas que laboran por horas.
El gerente financiero de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Gustavo Picado Chacón, confirmó que todavía los equipos técnicos del Sistema Centralizado de Recaudación (Sicere) desarrollan el módulo que se utilizará para este tipo de aseguramiento.
"Esto es una modalidad con una lógica diferente a la ordinaria. Implica hacer un sistema que procese la información de manera distinta para que la gente se inscriba en línea y se puedan registrar cuando cumplan las condiciones.
"Esperamos tener las primeras pruebas en este mes y que a mediados de junio lo tengamos aprobado y ajustado para lo que corresponda", manifestó el gerente, quien calcula que el sistema podría estar funcionando alrededor de julio.
Hace casi un año –el 21 de julio del 2016–, la Junta Directiva de la Caja conoció la propuesta de la Gerencia Financiera, la cual quiere facilitar a los patronos el aseguramiento de sus empleadas domésticas bajando a la mitad la base mínima contributiva que se toma como referencia para cobrar las cargas sociales.
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Esto le permitirá a estas trabajadoras contar con Seguro de Salud –que las protege de los riesgos asociados a la enfermedad y la maternidad–, y con Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), que les permitiría gozar de una pensión en caso de fallecimiento o sufrir alguna discapacidad.
Al aceptar la propuesta, la Junta ordenó a esa gerencia alistar el Reglamento para el aseguramiento de trabajadoras domésticas remuneradas en un plazo no mayor de dos meses.
Pero preparar ese reglamento requirió más tiempo del previsto.
A la fecha, el documento ya pasó por la revisión de la Dirección Actuarial de la Caja, la Dirección Jurídica y el Programa de Simplificación de Trámites, a cargo de la Gerencia Administrativa.
"En esa fase estamos. Ya lo hemos visto con las instancias y estamos haciendo unos ajustes con las recomendaciones que hicieron", aseguró Picado.
Cambios en ciernes
Según Picado, el fondo de la propuesta se mantiene igual: reducir a la mitad la base mínima contributiva, con una tabla escalonada, que facilite el aseguramiento.
Uno de los pocos cambios tienen que ver con la obligatoriedad para el patrono de presentar a la CCSS el contrato laboral.
Esto, según Picado, se eliminó, al revisar que entre los nuevos requisitos está el domiciliar una cuenta para realizar el cobro de las cuotas.
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Datos de la institución calculan que al menos un 70% de los 170.575 trabajadores domésticos que hay en el país –según la Encuesta de Hogares– laboran por horas en diferentes casas.
La expectativa de la Caja con estos cambios en el aseguramiento es pasar la cobertura contributiva de ese grupo del 14% actual a un 50% en un plazo de cinco años.
La base mínima contributiva vigente a enero pasado para asegurar a cualquier trabajador era de ¢231.135.
El sistema actual de aseguramiento obliga a un patrono que pague un salario mensual de ¢100.000 a cancelar a la Caja poco más de ¢54.000 al mes por concepto de cargas sociales. La propuesta bajaría ese aporte a ¢27.859.
La División de Tecnología de la CCSS, dijo Picado, le está dando prioridad al desarrollo del nuevo sistema, que incluye la coordinación entre los usuarios, expertos y los desarrolladores.
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Adicionalmente, se debe desarrollar una estrategia de comunicación para divulgar los cambios, tanto a lo interno de la CCSS (con los inspectores responsables), como a lo externo (con los patronos interesados en registrar a sus empleadas en el nuevo sistema).
Todo este proceso se ha trabajado en conjunto con el Ministerio de Trabajo, el Instituto Nacional de la Mujer (Inamu) y la Asociación de Trabajadoras Domésticas (Astradomes).
"Lo que se hizo en aquel momento fue plantear la visión global (a la Junta Directiva), pero que tenía las grandes líneas de acción. En estos meses, se ha venido siendo más preciso. La parte de sistemas tiene también su tiempo.
"Cuando uno lo ve, parece sencillo, pero cuando uno lo somete a las instancias técnicas internas cada una saca sus consideraciones bastante importantes. Ahora es una fase donde el sistema tecnológico va a ser bien importante", explicó el gerente.
Picado reconoció los atrasos pero los justificó en la complejidad y en la necesidad de consultar a los equipos técnicos.
"Sí podemos decir que está en la etapa final. Internamente, romper con un esquema que ha sido tan monolítico como el aseguramiento normal, cada observación de la parte técnica merece un poco de trabajo adicional para poderlas superar", agregó.