Cinco hospitales fueron seleccionados por la CCSS para identificar potenciales donadores de órganos entre los pacientes que fallezcan, lo que podría salvar la vida de otros que esperan trasplantes.
Los centros elegidos son Max Peralta (Cartago), Escalante Pradilla (Pérez Zeledón), San Rafael (Alajuela), San Vicente de Paúl (Heredia), y Enrique Baltodano (Liberia).
No se descarta integrar a esa lista al Tony Facio (Limón) y al Monseñor Sanabria (Puntarenas), en el futuro cercano.
La selección se basó en la capacidad que tienen esos cinco hospitales de diagnosticar y mantener un donante cadavérico, explicó el coordinador de trasplantes en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Marvin Agüero Chinchilla.
Estos centros cuentan con ventilador mecánico para conservar el cadáver oxigenado. También pueden diagnosticar la muerte cerebral, pues tienen neurólogo o neurocirujano.
La estrategia, denominada hospital donante, es parte de la ejecución del modelo Red Nacional de Donación y Trasplantes, de la Caja.
Los hospitales con capacidad para hacer estas operaciones son los nacionales México, Calderón Guardia y San Juan de Dios.
Desde setiembre de 2013, la Caja aprobó una política mediante la cual se procura elevar la tasa de donación y atender la mayor parte de las necesidades de trasplante que hay en el país.
El objetivo, dijo Agüero, es aumentar la donación cadavérica y el aprovechamiento de los órganos viables de una persona fallecida, pues de estos se pueden beneficiar varios enfermos.
Mediante este modelo, por primera vez, la Caja tiene un registro único de personas en espera de un trasplante.
Al 31 de diciembre, ese listado lo integraban 780 enfermos; la mayoría (146) necesita un riñón; 40 requieren un hígado.
El año pasado, la tasa de donación subió de 3 a 4,3 donantes por millón de habitantes como resultado de los esfuerzos para fortalecer la red. Esto no se veía desde el 2009, informó Agüero. .
Solo en la primera quincena de diciembre se hicieron 11 trasplantes. La mayoría de ellos, en el Hospital Calderón Guardia, donde una mujer recibió un hígado estando embarazada , y a un hombre se le hizo un trasplante de intestino.
El proceso continúa. La propuesta de modelo de red de trasplantes fue presentada al Consejo de Gerencias y a la Presidencia Ejecutiva de la Caja el 19 de enero.
El plan de capacitación, los requerimientos de infraestructura y la forma de pago al personal que interviene en trasplantes, deben estar definidos este mes.
“Se plantea crear un fondo único de recursos financieros, de infraestructura y humanos, de manera que la institución tenga un programa lo suficientemente resolutivo para vencer esos obstáculos de modalidades de pago en tiempo no ordinario que es, quizá, el punto más álgido en la disposición del recurso humano”, explicó Agüero.
Esto último es de lo que más se han quejado los médicos.
Mario Sánchez Arias, uno de los coordinadores de trasplantes en el Hospital Calderón Guardia, reclamó que los ¢520 millones prometidos hace varios años por la Caja aún no llegan, mientras las necesidades de los pacientes crecen.
Según Sánchez, en cada trasplante interviene un numeroso equipo que incluye médicos y enfermeras. Este personal debe permanecer atento a la evolución del paciente varios días.
El Secretario Técnico Ejecutivo de Donación y Trasplante, del Ministerio de Salud, César Gamboa Peñaranda, enfatizó en que es un proceso. La ventaja, dijo, es que ya hay dos activos básicos: la ley y el reglamento, que permiten avanzar hacia estructuras más eficientes y organizadas.
“La propuesta de la Caja permite organizar los servicios de salud a escala nacional con todas las variables para elevar la captación de órganos y la realización de trasplantes”, aseguró.