Cuatro médicos y un comerciante ligados a una red de tráfico de riñones, realizaron 14 trasplantes a personas extranjeras, principalmente israelíes. Los órganos provenían de costarricenses a quienes se les pagaba por la extracción.
Así lo informó la Fiscalía Adjunta contra la Delincuencia Organizada este martes, al comunicar que la acusación de los cuatro imputados está lista y se encuentran notificando a las partes, incluida la Procuraduría General de la República. En setiembre, esa instancia solicitará a los tribunales que el caso sea elevado a juicio.
El domingo pasado, el diario The New York Times publicó un amplio reportaje sobre el tráfico de órganos en Israel y los vínculos con la organización tica.
Los cinco imputados son procesados por el delito de trata de personas con fines de extracción ilícita de órganos, por el que se exponen a penas de entre ocho y 16 años de cárcel. En el debate, participarán 20 testigos y cinco peritos del OIJ.
La red fue desarticulada en junio del 2013, cuando se detuvo al presunto líder, el médico Francisco José Mora Palma, de 63 años, quien era el jefe de la sección de Nefrología del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia.
La Fiscalía señaló que Mora se encargó de localizar extranjeros que requerían un trasplante de riñón y de identificar a personas de bajos recursos económicos para ofrecerles entre ¢3 millones y ¢10 millones a cambio de este órgano.
También, se le acusó por el delito de peculado, por usar las instalaciones y laboratorios clínicos del centro médico estatal para hacer trabajos relacionados con el delito.
En junio del 2013, también se detuvo en su casa, en Tirrases (Curridabat), a una supuesta reclutadora de donantes, una oficial de la Fuerza Pública, de apellido Cordero.
La Fiscalía comunicó que, el 6 de marzo del 2014, el Juzgado Penal de San José le concedió a Cordero, de 33 años, un criterio de oportunidad por colaborar con la justicia. Esto permite suspender la acción penal a cambio de que declare en contra del resto de acusados.
Cordero descontó únicamente cinco meses de prisión preventiva y fue puesta en libertad con medidas cautelares.
El resto. En octubre del 2013, la Policía desarticuló el resto de la banda al detener a un comerciante y tres médicos costarricenses que laboran en el Calderón Guardia.
El comerciante, de apellido Katsigiannis y de origen griego, es propietario de una pizzería ubicada cerca del centro médico.
Los otros doctores se apellidan Monge, de 57 años, Fonseca, de 48, y Massimiliano, de 41. Presuntamente, ellos habrían realizado extracciones e implantes de riñón en dos hospitales privados de San José.
En tanto, Katsigiannis, de 55 años, supuestamente reclutaba a los posibles donadores y les ofrecía dinero a cambio de que autorizaran la extracción de los órganos.
Todos los imputados se encuentran en libertad, pero deben firmar periódicamente y no pueden acercarse, molestar, amenazar ni coaccionar a ofendidos y testigos; tampoco pueden salir del país.