Solo el 15% de todos los nacimientos amerita una cesárea, dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), la primera autoridad en recomendar a sus países miembros impulsar los partos vaginales.
En países como el nuestro, ese procedimiento se practica en el 21% de todos los nacimientos. En la atención médica privada, ese porcentaje llega casi al 100%.
Aun así, hay países que nos superan. Según las Estadísticas mundiales de salud 2013 , donde la OMS analiza datos del periodo 2005-2011, ese porcentaje llegó al 23% en Argentina; 52% en Brasil; 28% en Canadá; 43% en Colombia y 37% en Chile.
La cesárea es un procedimiento quirúrgico usado para el nacimiento de un bebé y debería estar restringido solo a los casos que realmente lo ameritan.
Entre las complicaciones más comunes que la justifican, están los factores de riesgo en la madre (hipertensión, diabetes o algún problema cardiovascular, por ejemplo) o el sufrimiento fetal.
Es, además, una cirugía mayor que según la OMS, multiplica por 10 los riesgos de ingreso a la unidad de cuidados intensivos (UCI).
Las autoridades de salud mundiales y nacionales abogan por el parto vaginal. También quienes promueven los movimientos de partos humanizados.
“Si tiene indicación, hay que hacerla, pero se está promoviendo el parto vaginal como primera opción”, reconoció Rafael Salazar Portugués, asesor de la ministra de Salud, María Elena López, y coordinador de la Comisión Nacional de Mortalidad Materno Perinatal e Infantil.
Jenny Kozlow, con 30 años como educadora perinatal, considera el embarazo y el parto un proceso muy instintivo. Ella cuestiona que se le programe como si se tratara de una actividad más en la agenda.
A las mujeres, asegura Kozlow, se les ha obligado a parir de una forma que no es natural.
“Si el bebé no ha dado el visto bueno, no se puede obligar a ese bebé a nacer”, asegura.