Víctor Mesén Marín recibió esta semana una llamada del Hospital México. La primera que le han hecho en los seis años que tiene de esperar que lo citen para un cateterismo cardíaco en ese centro de salud.
“Me preguntaron cómo estaba. Yo estoy bien, gracias a Dios, porque al finado Longino (Soto, cirujano de tórax del México) le pagué una consulta (particular) y me dio unas pastillas.
”Me tiré unas 15 o 20 cajas, pero ya no pude más porque son muy caras. Gracias a Dios, ya no me agito tanto. Me llamaron, pero no me dijeron si me iban a citar”, comentó Víctor, de 78 años y vecino de Sitradique, en Parrita, Puntarenas.
Según la información que aparece en la lista de 830 pacientes en espera, distribuida por la jefa de Cardiología del Hospital México, Sofía Bogantes Ledezma , Víctor padece una angina de pecho no especificada.
La angina es un dolor que se siente cuando el músculo cardíaco no recibe suficiente sangre y es síntoma de enfermedad de las arterias coronarias. Mesén ingresó a esa lista el 13 de julio del 2009.
“Vivo cuidando a mi señora. Si me llaman, yo voy, para ver cuál es el daño que tengo, pero ya no me dejaría operar. Dios me ha regalado más años de la cuenta”, comentó este señor, quien se dedicó casi toda la vida a labores del campo.
Otro caso. Franklin Alpízar Morales, de 52 años, es otro paciente en lista de espera. El número 48 de una nómina inicial de 830. Es odontólogo y herediano.
Él padece de enfermedad aterosclerótica del corazón: sus arterias están taponeadas por grasa. A Alpízar lo llamaron, esta semana, luego de cuatro años de esperar el cateterismo.
“Se suponía que el cateterismo se me iba a hacer de emergencia. Mi condición de salud ha cambiado desde entonces, porque bajé de peso y hago ejercicio”, comentó.
Franklin pidió al hospital una nueva valoración y se le prometieron otros exámenes, entre ellos, un ecocardiograma y una prueba de esfuerzo. “No le encuentro sentido a un procedimiento cuatro años después. Hay que tener cierto cuidado”, manifestó el odontólogo.