Las empleadas domésticas que trabajan por horas podrán ser aseguradas por sus patronos con menores costos, a partir de mayo.
Será en ese mes cuando la Caja eche a andar el plan que incluye la reducción a la mitad del monto mínimo obligatorio para proteger a estas trabajadoras con los seguros de salud y de pensiones.
El reglamento que establece todas las condiciones de ese beneficio está listo pero aún debe enfrentar la revisión de la Dirección Jurídica de la CCSS y de la Comisión de Simplificación de Trámites y Mejora Regulatoria. Será puesto a conocimiento de esos órganos durante esta semana.
Después de ese trámite, el documento debe ser visto por la Junta Directiva de la institución para su aprobación y ejecución, informó el gerente financiero de la Caja, Gustavo Picado Chacón.
El funcionario reconoció que hay un atraso en el proceso.
Cuando la Junta Directiva aprobó los cambios, en julio de 2016, la expectativa era facilitar el trámite a partir de enero de este año.
Picado justifica la demora: "Nos hemos tomado un poco más de tiempo del previsto para poder lograr que el reglamento incluya una serie de aspectos de diferente naturaleza que permiten lograr los objetivos.
"El principal es ampliar la cobertura contributiva de las trabajadoras domésticas estableciendo un régimen especial para que los patronos, particularmente para quienes las emplean en jornadas inferiores a las jornadas completas, puedan tener una modalidad de aseguramiento cuyo costo le sea factible pagar", explicó el gerente.
Actualmente, las dificultades que existen para el aseguramiento en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ocasiona que casi 9 de cada diez empleadas de jornada parcial no tengan seguro.
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La base mínima contributiva vigente para asegurar a cualquier trabajador es de ¢231.135.
En julio, la Junta Directiva tomó el acuerdo de reducirla a la mitad para volver más atractivo a los empleadores asegurar a las domésticas que no tienen jornada completa.
Según datos de la Caja, un 70% de los 170.575 trabajadores domésticos que hay en el país laboran por horas en diferentes casas.
La institución anunció el año pasado que su expectativa es subir la cobertura contributiva en este grupo laboral del 14% a un 50% en un plazo de cinco años.
A revisión. La iniciativa en ciernes se plasmó en el Plan integral para la extensión de la cobertura contributiva de las trabajadoras domésticas en los seguros administrados por la CCSS.
El plan implica realizar ajustes en el Sistema Centralizado de Recaudación (Sicere), en el tema de recolección y facturación de las cuotas.
Esto incluye, por ejemplo, el registro de patronos múltiples para una sola empleada y la obligación del Sicere de sumar esos ingresos en un salario único.
También se está desarrollando una estrategia de información y comunicación para que las empleadas domésticas y sus patronos puedan conocer los alcances del beneficio y se puedan incorporar.
Según Picado, además se está trabajando en redefinir los modelos de fiscalización y control para evitar abusos.
Con el sistema actual, un patrono que pague un salario mensual de ¢100.000 a una doméstica se ve obligado a cancelar a la Caja casi otro salario por concepto de cargas sociales; es decir, poco más de ¢54.058 adicionales al mes. La propuesta baja ese aporte a ¢27.859.
Esta situación es lo que ha vuelto poco o nada atractivo para los empleadores registrar a sus empleadas ante la Caja.
Cuando el plan se haga efectivo, el monto adicional se reducirá a la mitad.
"El reglamento tiene las disposiciones generales de cómo se asegura una trabajadora doméstica. Aquellos que quieran tener acceso a los beneficios van a tener que cumplir condiciones especiales", dijo Picado.
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Entre esas condiciones está la obligación de estar al día con la CCSS, registrar una cuenta bancaria para que le hagan los rebajos automáticos de las cuotas y aportar copia del contrato de trabajo con la doméstica.
Picado aclaró que el beneficio de la reducción de la base mínima contributiva no contará para aquellos patronos de choferes y jardineros.
"Nosotros consideramos que si bien vamos a subsidiar el aseguramiento de trabajadores domésticos sin importar el nivel de ingreso del patrono, no nos parece pertinente que lo hagamos con trabajadores que lo que hacen es reflejar una condición económica del patrono superlativamente más alta que cualquier otra", justificó Picado.
Avances. El Ministerio de Hacienda presupuestó en ¢1.250 millones los aportes que debe realizar para el seguro de pensión de este grupo laboral, dijo Picado.
"En aquellos casos en donde el salario es menor a la base mínima contributiva, la parte que tiene que ver con pensiones es la que va a ser subsidiada por el Estado", dijo el gerente.
Rosita Acosta, presidenta de la Asociación de Trabajadoras Domésticas (Astradomes), consideró natural el atraso, aunque al momento de la consulta desconocía las razones de la demora y planeaba solicitar una reunión para conocer las causas.
Alejandra Mora, ministra de la Condición de la Mujer y presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), calificó como "un avance estratégico" el acuerdo de la Caja para extender la cobertura a las domésticas.
"La Caja, por su complejidad, avanza a un ritmo diferente. Son temas muy complejos pero tener el acuerdo de la Junta es un avance estratégico.
"Históricamente, hemos venido hablando que esta es la solución a ese problema, por lo que esperamos que el reglamento salga en el primer trimestre de este año", dijo la funcionaria.