A Andrés Castillo Saborío le queda un mes para pensionarse en la Caja, luego de casi 40 años de trabajar en hospitales públicos.
Después de su jubilación, se dedicará tiempo completo a sus funciones como nuevo presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos.
Este especialista en Medicina Interna, no oculta su preocupación por la baja calidad en la formación de los nuevos profesionales y por la existencia de un reducido número que no se preocupa por estar al día.
Por eso, habla de impulsar la obligatoriedad de certificar la actualización continua de conocimientos entre quienes están ejerciendo la profesión, y de analizar la posibilidad de un examen de incorporación que mida los conocimientos mínimos básicos de un médico. Este es un resumen de la entrevista con La Nación.
¿Qué tiene planeado hacer para mejorar la formación de los médicos en el país?
Nos preocupa que en las últimas generaciones la calidad de la formación ha disminuido. Una prueba de esto es el reciente examen de internado donde una gran cantidad no lo pasó. Y no eran preguntas difícilísimas, ¡no! Eran simplemente sobre lo que tiene que hacer un médico, día con día, para una atención correcta en Medicina General.
”Si el Colegio deja entrar a médicos que no están bien preparados, no está cumpliendo con su labor sustantiva. Y no solamente eso, porque también tiene que cumplir su labor sustantiva con quienes estamos aquí adentro, que debemos recertificar cada cinco años que estamos al día. Hay una minoría de colegas que no estudian, no se preparan y se les olvida la Medicina”.
En un país pequeño hay ocho escuelas de Medicina y 700 médicos se incorporan cada año. ¿Qué tienen planeado hacer con el único filtro sobre el cual ustedes tienen control: la incorporación al Colegio?
Revisamos si es posible poner un sistema para medir la idoneidad del médico que practica la profesión, tanto del que entra como el que ya está en el Colegio, en su especialidad y en Medicina General. Esa es una parte de nuestro proyecto de trabajo: implementar de forma obligatoria la certificación médica porque ahorita es algo muy voluntario. Para poder garantizar este cumplimiento la única forma es tener un examen de incorporación para medir los conocimientos básicos clínicos y prácticos y la ética. Esto sería prácticamente hacer un examen de incorporación. Hay prisa por hacer estas cosas. Para nosotros es prioritario.
¿Cuál es su posición sobre el posgrado y la formación de especialistas?
La formación de especialistas es fundamental en el país, sin lugar a dudas. A nuestro criterio, debe cambiar la forma en que se selecciona al candidato para que haga la especialidad. Actualmente, la CCSS destina unas 200 plazas anuales a esto, y la están subiendo a 40 más para garantizar los especialistas suficientes en el futuro. Sin embargo, el sistema actual hace que se queden entre 40 y 60 plazas sin asignar, un lujo que no podemos darnos. ¿Y por qué pasa esto? Por el sistema de entrada a la especialidad.
¿A quién le toca hacer el cambio?
A la Caja, que es la que tiene el sartén por el mango: la CCSS pone las instalaciones, le paga a los profesores, le paga a los estudiantes, y tiene las necesidades.
Todos los años se repite la misma historia con los exámenes, con la asignación de plazas para la residencia...
Aquí tenemos la gente, tenemos los recursos. Todas las especialidades dicen que pueden aumentar la capacidad de oferta más de lo que lo ha hecho la CCSS.
No sé si decirle sí o no a su afirmación porque hay más de 30 diagnósticos, hechos con metodologías diferentes, pero ninguno que diga cuál es la necesidad real.
Si, no existe.
Entonces, al final, volvemos sobre lo mismo y este año probablemente se repita la misma historia.
Esta pregunta usted se la tiene que hacer a la Caja y a la gente que ha estado en la Presidencia, en la Gerencia Médica y en la Junta Directiva. Preguntarles qué han hecho.Yo trabajo en el Hospital Calderón Guardia, soy internista a cargo de la jefatura de Consulta Externa, y he visto que las políticas de distribución y de formación dejan mucho qué desear.
”Lo malo es que, en los últimos tiempos, hemos visto las consecuencias de haber dejado de formar especialistas en la cantidad que se necesitaba de acuerdo con una planificación que se debía tener, y que está causando esa sensación de falta de especialistas. La responsabilidad se la están echando al cuerpo médico y al Colegio de Médicos. Nosotros estamos dispuestos a colaborar en el momento en que veamos en que en una determinada población no está recibiendo la atención que merece”.
Se ha dicho que a los especialistas tampoco les conviene abrir la formación por un asunto de competencia de mercado.
Es una opinión que no comparto en el aspecto de que, privatizando la formación de especialistas, se va a resolver el problema. Lo que están proponiendo las universidades privadas es que del pastel que tiene la Caja le den una parte a ellos, en una forma proporcional. Pero no estamos aumentando la formación porque ellos (las privadas) no van a utilizar sus propios recursos. Yo les dije que, cuando formen a sus médicos en su propio hospital, se ampliaría la oferta. Nosotros no nos oponemos a esto el día en que esto se haga así.
Pero las universidades privadas afirman que en esas condiciones no tienen ni el volumen ni la complejidad de casos que les aportaría los hospitales de la CCSS.
Así es. Entonces, ahí es adonde vamos: ¿para qué quieren quitarle a la seguridad social si no van a aportar ninguna respuesta al país?
¿Cuál es el margen de tiempo tiene el país para hacer estos ajustes?
Eso debía ser para ayer. Ya estamos contra el tiempo. Esto hay que hacerlo cuanto antes. Es ya.
¿Se mantiene el interés del Colegio en el tarifario médico, que tanta polémica causó el año pasado?
Este es un tema fundamental para todas las profesiones. Tan importante es que estamos haciendo una revisión exhaustiva y con calma para valorar bien todas las aristas. Este tarifario le va a garantizar a la población que no hay abusos ni precios exorbitantes. Sí es importante. Tan importante es que vamos con calma.