Depresión, ansiedad, estrés, fatiga, ataques de pánico, emociones que fluctúan: males que también impactan en la salud física y se traducen en dolores, adicciones o comportamientos violentos.
El estudio sobre carga de enfermedad de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) destaca un aumento en estos trastornos mentales y del comportamiento en todas las edades, pero en especial entre los 15 y 45 años.
Estas enfermedades no tienen una tasa alta de mortalidad, pero sí de incapacidades.
“Son trastornos que muchas veces se traducen en actos de violencia, ya sea hacia otras personas o hacia ellos mismos”, explicó Rocío Sánchez, de la Dirección de Proyección de Servicios de Salud de la CCSS.
Un informe, difundido en agosto pasado, indicó que en la CCSS solo en el 2013 se hicieron 17.650 boletas de incapacidad por depresión a 11.682 asegurados.
En total, los costarricenses estuvieron incapacitados 108.800 días por depresión (un promedio de seis días de incapacidad por episodio) y le implicó a la CCSS una inversión de ¢1.658 millones.
Subregistro. Las altas cifras también disfrazan otra realidad: los casos de trastornos mentales que no están registrados porque a las personas que los sufren no se les ha diagnosticado oficialmente, pues no han buscado ayuda.
“Estos males se ‘disfrazan’ detrás de un dolor de cabeza o de espalda, o gastritis. También son pocos los que buscan ayuda, especialmente entre los hombres”, concluyó Sánchez.
Para Luis Bernardo Sáenz, coordinador del proyecto del cáncer en la CCSS, es más difícil medir el subregistro pues requiere de un análisis diferente, pero debe tenerse en cuenta.