Los malos hábitos alimentarios sobresalen cuando de restar años de vida saludable se trata. En todas las edades del costarricense, la alimentación inadecuada está presente y pasa la factura a organismos cada vez más jóvenes.
“Tenemos un alto consumo de grasas, bajo consumo de frutas y verduras, muchas bebidas altamente azucaradas y mucho sodio (producto de alimentos muy salados). Esto enferma y resta calidad de vida”, manifestó Rocío Sánchez, de la Dirección de Proyección de Servicios de Salud de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y una de las investigadoras del Estudio de carga de enfermedad de la Caja.
Según la investigación, el 7,2% de los factores de riesgo para perder años de vida saludable se atribuye al riesgo alimentario.
La situación es peor en la edad adulta: entre los 35 y los 55 años, sube a un 18%.
Este tipo de dieta es un factor alto de riesgo para enfermedades como obesidad, hipertensión y diabetes, condiciones que a su vez elevan las posibilidades de infartos, males circulatorios y derrames cerebrales.
Estos últimos padecimientos pueden matar de forma prematura o provocar discapacidades permanentes, como ceguera o amputaciones de extremidades.
En el caso de la hipertensión, este mal representa el 5,4% de los factores de riesgo para perder años de vida saludable. Las amenazas de tal condición son mayores después de los 70 años, cuando se convierte en el 17% del riesgo para perder años de vida.
“La hipertensión arterial es conocida como el enemigo silencioso, porque pueden pasar años sin que se manifieste y después puede ocasionar problemas de salud muy serios”, aseveró Sánchez.
El otro extremo. La especialista detalló que los problemas de salud que son consecuencia de hábitos alimentarios no solo se traducen en sobrepeso y obesidad.
El no comer y el hacer ejercicio excesivo en pos de la delgadez, también preocupan a las autoridades de salud.
“La anorexia y la bulimia están igualmente presentes y son otro problema importante en salud pública. Esto también es un trastorno del comportamiento que genera problemas mentales y físicos”, expresó Sánchez.
Para María del Rocío Sáenz, presidenta ejecutiva de la CCSS, es vital que la educación para alimentarse bien y hacer la cantidad adecuada de ejercicio comience en la niñez.
“En todos los grupos de edad hay riesgos alimentarios; no sabemos comer. Es algo que debe comenzar a educarse desde la infancia para crear hábitos y comer saludablemente. Ya después, en la vida adulta, es más difícil”, comentó la jerarca.
Para Sánchez, los estilos de vida son sumamente importantes para reducir la carga de enfermedad. “Si comemos la cantidad y los tipos de alimentos que debemos, no fumamos y hacemos el ejercicio adecuado, reduciremos hasta en un 40% el riesgo de carga de enfermedades”, afirmó la especialista.
Hugo Chacón, del Área de Atención Integral de la CCSS, se refirió a la importancia del esparcimiento.
“La recreación ayuda a mantener una buena salud mental y esto es necesario para tener una vida saludable”, concluyó Chacón.