El Ministerio de Salud donó treinta barriles de raticida a la Municipalidad de San José para frenar la plaga de ratas en el parque Okayama, en San Francisco de Dos Ríos.
En una reunión, el 14 de enero, el Área Rectora de Salud Sureste Metropolitana acordó aportar el veneno si el municipio se comprometía a exterminar a los roedores.
“Desde el 14 de enero colocamos veneno en la zona para acabar con las madrigueras de ratas que identificamos en puentes y en la fuente del parque”, dijo Alfonso Salas, jefe de la Sección de Parques del municipio josefino.
Trampas. Según Salas, cuatro funcionarios municipales trabajan durante las noches en la colocación de trampas y veneno, que es un cebo en barra denominado “Bar bait”.
“Hay todo un plan para acabar con la situación y hemos visto que ha mermado. Son trampas caseras que fabricamos con cañas de bambú para evitar que un pato o una mascota se envenenen”, dijo Salas.
La municipalidad presupuestó ¢236.000 para acabar con la plaga de ratas y prevé que serán necesarios 15 días más para exterminarla.
La Comisión de Vecinos de Seguridad Ciudadana de este distrito josefino denunció el problema desde octubre del 2013 y hasta el 14 de enero de este año empezaron a ver acciones concretas.
“El problema ha bajado de forma considerable en estos días. Esperamos que sigan trabajando así; la respuesta ha sido muy positiva”, manifestó Eduardo Valerín, vocero de la comisión vecinal.
La directora del Área Rectora de Salud Sureste Metropolitana, María Antonieta Acuña, indicó que el año pasado pidió a la Municipalidad de San José mejorar la recolección de basura en ese parque.
“Giramos una orden sanitaria a la Municipalidad de San José porque el problema de las ratas podía tener origen en la basura acumulada en el parque”, añadió Acuña.
El ayuntamiento pidió, en un comunicado de prensa, que los vecinos y visitantes no alimenten a patos y palomas que habitan en el parque para frenar la proliferación de la plaga de roedores en el sitio.
“Los puntos comerciales deben respetar los horarios de recolección de desechos sólidos, así como recoger los restos de comida en contenedores sellados”, señaló Salas.
El jefe de la Sección de Parques también dijo que, a las 5 a. m., hay funcionarios del ayuntamiento que se encargan de recolectar y enterrar a los roedores muertos para evitar malos olores.
El Parque Okayama fue hecho para conmemorar los 30 años de hermandad entre las ciudades de San José y Okayama, en Japón.