San José.
Los trabajos del nuevo puerto petrolero de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) en Moín de Limón están suspendidos desde hace mes y medio y la entidad desconoce cuándo podrían retomarse.
La construcción se interrumpió a inicios de marzo porque el consorcio ICA-MECO, a cargo del proyecto, dejó de pagarle a casi 150 obreros. Leonel Altamirano, gerente de Desarrollo de Recope, confirmó que a este personal ya se le canceló lo adeudado, pero la empresa sigue sin reactivar trabajos.
La parálisis se mantiene pese a que solo falta entre un 3% y un 4% de los trabajos, tras cinco años de labores y una década en planes.
Con el nuevo puerto, estimado en $98,6 millones, Recope pretende ampliar la capacidad de almacenamiento de combustibles, pues podrán ingresar buques más grandes cargados de gasolina, diésel y otros carburantes.
Antes de que se suscitara este problema, se suponía que el muelle estaría concluido entre junio y julio del presente año; ahora la fecha provisional es setiembre, aventuró Altamirano, quien admite desconocer cuándo se retomaría la construcción.
"Hay un conflicto interno en el consorcio. Es algo sobre lo cual no podemos referirnos. Hemos tenido reuniones y seguiremos con ellas para tratar resolver esto antes de valorar una decisión más severa", comentó el funcionario.
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La decisión "severa" sería romper el contrato con ese consorcio y hacer valer la garantía de $10 millones estipulada en este. No obstante, el directivo afirma que aún desean brindar tiempo a la empresa porque, interrumpir ahora causaría un mayor atraso mientras se contrata a otra compañía para finalizar el muelle.
Entre ayer y hoy, La Nación llamó en varias oportunidades al celular de Alberto Santiago, gerente del consorcio ICA-MECO, a quien se dejaron varios mensajes de voz. El gerente contestó la primera llamada pero esta se interrumpió cuando se le informó que hablaba con un periodista.
La construcción del muelle arrancó en 2012 y estaba prevista para concluir en 26 meses (en el 2014). Una serie de atrasos la demoraron hasta hoy, cuando solo falta levantar algunos edificios e instalar los sistemas de cómputo para el manejo de equipos.
Leonel Altamirano afirma que le darán al consorcio oportunidad de acelerar las obras, mediante jornadas laborales extendidas, e incluso sumando más trabajadores, pero Recope sí buscará una indeminzación por el tiempo perdido.
Según las cláusulas contractuales, la Refinadora puede imponer una multa al consorcio de casi $98.000 por día de atraso debidamente confirmado.
Problemas financieros. El actual estancamiento y el impago salarial se debería a la crisis que afronta desde 2015 la constructora Ingenieros Civiles Asociados (ICA) en México. En el consorcio del muelle, ICA es el socio mayoritario.
Informes financieros y publicaciones de prensa revelan los conflictos. Del 24 de febrero al 8 de marzo anteriores, por ejemplo, la acción bursátil de ICA acumula una caída de 33% en la Bolsa Mexicana de Valores.
Según el reporte financiero del tercer trimestre de 2016 (el último disponible), la deuda de la que fuera la constructora más grande de México ascendía a más de 62.500 millones de pesos mexicanos (alrededor de $3.300 millones al tipo de cambio actual).
Aparte de esa deuda consolidada, desde el año pasado ICA también incumplió pagos por $1.350 millones en bonos extranjeros, lo cual significó la mayor suspensión de pago conocida en México a la fecha según la calificadora Moody's.
Desde el inicio de su caída económica, la empresa se ha desprendido de unidades de negocio, vendió activos, redujo su planilla e incluso solicitó préstamos.