Marlon Pinnock, representante del grupo de sindicalistas de Japdeva que buscan negociar la apertura de muelles con el Gobierno, denunció ayer presiones y amenazas de despido de parte de la cúpula del sindicato Sintrajap.
Pinnock achaca las amenazas directamente al secretario general de Sintrajap, Ronaldo Blear.
Pinnock, uno de los trabajadores del denominado “Grupo mediador pro negociación de la indemnización de los trabajadores de Japdeva”, pidió apoyo a la presidencia ejecutiva de Japdeva para rechazar las presuntas amenazas.
Este grupo busca firmas de trabajadores y pretende que el sindicato convoque a una asamblea extraordinaria, en la cual los agremiados puedan votar en secreto sobre la apertura de muelles en Limón y la indemnización que el Gobierno les ofrece a cambio.
Pinnock afirma que tienen más de 700 firmas recolectadas, la mitad del total de afiliados al sindicato de Japdeva: 1.334. Anunció que las presentarán ante el sindicato una vez auntenticadas por un abogado y el Ministerio de Trabajo.
Blear negó las amenazas y descalificó al grupo opositor.
Manifestó que no cree que exista una lista con 700 firmas pues los sindicalistas opositores “no tienen credibilidad para recogerlas”.
“Ellos no están legitimados para decidir o reunirse con el Gobierno, ni para representar a ningún trabajador, la convención colectiva no se los permite. El presidente de Japdeva y el Poder Ejecutivo pierden el tiempo”, sostuvo Blear.
El jerarca de Japdeva, Francisco Jiménez, reconoció que conoce de las presuntas amenazas a trabajadores, las que calificó de “forma solapada de intimidación”.
“La única entidad que puede despedir es la administración y nosotros no lo vamos a hacer”, dijo.
El pasado mes de mayo el Gobierno elevó a $137 millones la oferta de indemnización al sindicato, a cambio de que acepte la concesión de los puertos de Moín y Limón.
Entre otros, la oferta incluye el pago a los trabajadores de ¢2,7 millones por cada año laborado en Japdeva, hasta un tope de 20 años.