En una libreta que se le decomisó a Rafael Caro Quintero en la mansión de La California, en Alajuela, se encontraron 68 números de teléfonos ticos con el nombre de personas o entidades a las que pertenecían.
Esos números no salieron a la luz pública en aquella época.
La semana anterior, el actual juez del Tribunal de Casación Penal Fernando Cruz, entregó a La Nación copia de un informe confidencial en el cual se revela la lista de esos teléfonos. Cruz fungía como jefe del Ministerio Público cuando Caro fue detenido aquí.
El informe está suscrito por el investigador Fernando Centeno y data del 24 de febrero de 1986.
De acuerdo con el documento, la libreta tenía 54 páginas y se hallaba dividida alfabéticamente, aunque la división no está completa. O sea, le hacían falta páginas.
El informe incluye 68 números telefónicos de personas físicas o jurídicas costarricenses.
Entre ellos el teléfono de la Corte Suprema de Justicia y el de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
Además, el número de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz y del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas.
También se mencionan tres empresas de bienes raíces, una firma de inversiones y una empresa periodística. No figuran teléfonos ni nombres de políticos.
Según el estudio, la libreta incluía 106 teléfonos de personas o empresas de México.
Aunque el informe recomendó una investigación de cada número, no consta en el expediente judicial que se hiciera.
En la sombra
Las circunstancias que mediaron en el arribo del capo, sus movimientos y posibles contactos, quedaron en la sombra.
A raíz del decomiso de las joyas el Juzgado de Instrucción de Alajuela inició una causa por el supuesta defraudación fiscal.
Pero ni siquiera Caro Quintero declaró. La acusación se planteó contra “ignorado” y el 27 de octubre de 1987 dictó sobreseimiento.
Pocas semanas antes de que La Nación solicitara el expediente del caso al Archivo Judicial, a mediados de junio pasado, el legajo estaba seleccionado para ser enviado a la hoguera.