Convención colectiva. Eso es lo que tiene en la mira la Asociación Nacional de Educadores (ANDE) una vez que, en los primeros días de febrero, sea acreditada como sindicato.
“Si nosotros no nos convertíamos en un sindicato, no podíamos presentar una convención colectiva, ya que esto no lo pueden presentar las asociaciones”, explicó Gilberto Cascante, presidente de la ANDE.
Esta organización fue fundada en 1942 y actualmente tiene 55.000 miembros. Ahora, según Cascante, pasará a ser el sindicato más grande de Centroamérica. Su nombre, sin embargo, no cambiará.
Para poder negociar el acuerdo laboral con el Ministerio de Educación Pública (MEP), la ANDE se transformó en un sindicato gremial, que solo acepta adhesiones de educadores o similares.
Si se hubiera constituido en uno industrial, no habría podido negociar una convención, porque chocaría con la que está vigente desde mayo del 2013 entre el MEP y el Sindicato de los Trabajadores de la Educación (SEC).
“La ANDE cumplió con todos los requisitos que establece el Código de Trabajo en los artículos 344 y 345, que norman el procedimiento de inscripción ante este Ministerio y la aprobación de los estatutos”, confirmó Eugenio Solano, director de Asuntos Laborales del Ministerio de Trabajo.
Para concretar el cambio, la ANDE tuvo que convocar a elecciones abiertas, las primeras en 72 años de existencia. Se efectuaron a finales del año pasado.
En ellas resultó electo Gilberto Cascante por un periodo de tres años y no de un año, como ocurría anteriormente. Además, antes la Directiva Central elegía al presidente y ahora se toma en cuenta el voto de los agremiados.
La Directiva Central, de 14 miembros, desaparece y pasa a llamarse Consejo Nacional de Representantes, constituido por siete personas.