La confianza en el “honor chino” y una garantía personal de que los asiáticos no encarecerían el costo de la ampliación de la ruta 32 (a Limón), solo le duró dos meses al ministro de Transportes, Carlos Segnini.
Teresa Wu, representante de China Harbour Engineering Company (CHEC) –la firma contratada para ejecutar las obras– declaró ayer que subirán el precio porque Segnini les solicitó agregar nuevas condiciones técnicas al proyecto inicial.
El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) pidió construir los puentes nuevos con tecnología antisísmica y agregar esa característica a los ya existentes. También añadió en sus requisitos el ajuste del ancho de vía e intersecciones.
Esos cambios y otros más alterarán el precio de $465 millones, pactado en junio del 2013 entre China y Costa Rica, para ampliar el tramo entre el cruce a Río Frío y la ciudad de Limón.
“Será un aumento bien sustantivo, porque nos piden requerimientos técnicos que no estaban contemplados en un inicio. Aún no puedo decir cuánto más caro les costará porque estamos valorando detalles”, aseguró Wu.
El ministro Segnini presionó, en febrero, el aval para el empréstito por parte de los diputados, mediante una carta en la cual garantizó que los chinos no harían cambios en las condiciones de implementación del proyecto debido al “honor” que, según él, los caracteriza.
Sin embargo, la promesa del ministro chocó contra el anuncio de CHEC y la potestad de los chinos para cambiar los términos.
Según la cláusula 9.3 de los dos convenios de préstamo, en caso de que estos no entraran a regir un año después de la firma de las partes (2013), “el prestamista tendrá el derecho de reevaluar las condiciones para la implementación del proyecto, para determinar si se continúa, o no, con la ejecución del presente convenio”.
La vocera Wu dejó claro ayer que si las obras no se inician antes de marzo del 2016, Costa Rica deberá renegociar las condiciones del préstamo con el banco chino Eximbank y con el Gobierno de su país. Eso podría alterar, por ejemplo, las tasas de interés.
De acuerdo con los términos actuales del contrato, China aportará $395 millones. De estos, $99 millones provienen del Gobierno chino (al 2% de interés anual) y $296 millones del Eximbank, con una tasa del 4% anual.
Costa Rica, por su parte, debe dar una contrapartida de $70 millones y encargarse del costo por expropiaciones y relocalización de los servicios públicos.
Wu agregó que el titular del MOPT tiene pendiente la entrega de un nuevo documento sobre recomendaciones técnicas para el proyecto.
“Dicen que pronto nos lo van a entregar, pero nunca dan un fecha fija (...). Llevamos más de tres años esperando y, aunque vemos voluntad política de este Gobierno, hay mucha burocracia que frena los procesos”, afirmó.
Wu dio estas declaraciones ayer, luego de participar en el foro Limón, puerto de oportunidades, realizado en Escazú.
Segnini también había confirmado su asistencia a esa cita, mas luego del anuncio de CHEC, su departamento de prensa afirmó que no asistiría y él se negó a dar declaraciones posteriores sobre tema.
El MOPT envió un boletín y un audio del viceministro Mauricio González, en el cual asegura que, al tratarse de un contrato de suma alzada, CHEC debe asumir cualquier posible encarecimiento, incluido el que anunció ayer.
Peticiones de Segnini. En febrero, con un texto de 50 páginas, el ministro Segnini pidió a CHEC aclarar y cambiar algunos de los temas controversiales del anteproyecto, pero sin encarecerlo.
Con esa promesa de la estabilidad en el precio y basándose en el “honor chino”, el jerarca del MOPT convenció a los diputados de votar a favor y aprobar el empréstito en primer debate, el lunes 23 de febrero.
Ese mismo argumento fue una de las razones de peso para que la mayoría de legisladores aprobara el convenio en segundo debate, dos días después.
Ayer, los diputados reaccionaron contra el ministro del MOPT y lo tacharon de “irresponsable e inexperto” por incumplir su promesa.