Hace cinco años, David Rodríguez era la única persona que iba a trabajar al Hospital San Juan de Dios en bicicleta.
Todos los días pedaleaba siete kilómetros desde La Aurora de Alajuelita hasta el centro de San José. Pasar del autobús a la bicicleta significó ahorrarse una hora.
A los compañeros de labores, sin embargo, les causaba gracia verlo llegar en pantaloneta, sudado, y cargando un bolso con ropa y artículos personales para bañarse.
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Con el paso de los años y el aumento de las presas, otros colaboradores de ese centro médico emularon al muchacho.
De acuerdo con Rodríguez, solo en el Departamento de Asistencia de Pacientes, diez personas usan la bicicleta para llegar al trabajo.
“Cuando empecé, había hasta burlas porque uno llegaba en bicicleta y ellos iban hasta en carro, pero hay una cuestión de satisfacción personal porque, a raíz de mi caso, muchos se han animado a ir en bici”, contó Rodríguez.
Una mejor administración del tiempo y una vida más saludable son los motivos más importantes del joven para pedalear.
“Antes, el manejo del tiempo no dependía de mí, dependía de la presa, del chofer del bus y de otros factores que no estaban en mis manos”, agregó.
Ni los accidentes lograron detener al ciclista. Hace tres años, un carro lo atropelló cerca del Hospital Blanco Cervantes, en San José, y terminó llegando al San Juan de Dios, pero en ambulancia e inconsciente.
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La ley de tránsito establece que los conductores de automotores deben rebasar a los ciclistas a una distancia de 1,5 metros, pero eso casi nunca se cumple.
Mario Calderón, director de Tránsito, expresó que si no existe espacio en la vía para adelantar al ciclista, es mejor abstenerse y hacer la maniobra en otro punto.