El nuevo reglamento para control de ruido en vehículos no sacará de circulación a los automotores que excedan los parámetros de contaminación sónica permitidos en el país.
La normativa, que entrará en vigencia este viernes, se limita a imponer una multa de ¢21.963 a los propietarios de carros, camiones o motos que superen la cantidad de decibeles admitidos.
Gerardo Dávila, jefe de la Unidad Técnica (UT) de la Policía de Tránsito, explicó que lo ideal sería sancionar las unidades alteradas, retirarles las placas y devolverlas hasta que se corrija el problema de ruido.
Esta metodología de trabajo se empleaba con la ley anterior. Sin embargo, en la legislación vigente quedaron excluidos ese tipo de procedimientos.
“Con la ley anterior (7.331), se sancionaba el vehículo, se le retiraban las placas, se hacía una prueba de verificación y se le hacía un documento para que se le devolvieran las placas. De esa forma, se eliminaba el problema, pero ahora solo se hace una boleta”, enfatizó Davila.
![250.000 muertes... y contando infografia](http://www.nacion.com/nacional/Carretera-prueba_de_sonido-Policia_de_Transito_LNCIMA20151022_0209_1.jpg)
Para autos livianos, el máximo permitido es de 90 decibeles y para camiones, no más de 96.
“La gente aprende cuando se le somete a reparar la avería. En mi opinión, los vehículos que contaminen por gases o sonido deberían ser retirados de las calles para repararlos, porque, si no, se les hace una boleta y siguen en la calle sin que se arregle el problema”, dijo Dávila.
Según datos suministrados por el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), en lo que va del 2015 se han realizado 1.057 partes relacionados con la contaminación sónica.
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La Policía de Tránsito dispone de 23 sonómetros, los cuales tienen un costo de ¢2 millones cada uno aproximadamente, comentó Dávila.
Destacó que estos equipos están certificados por diferentes laboratorios de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Otra agravante es que la falta de personal obliga a los oficiales de la UT a abandonar sus funciones para atender accidentes y regular el flujo vehicular.
Insuficiente. Ligia Bermúdez, coordinadora del Programa de Estudios en Calidad de Ambiente y Metrología de la Universidad Nacional (UNA), afirmó que debe hacerse una modificación a la actual legislación vial.
“No debería tenerse una normativa tan flexible con un contaminante tan dañino como es el sonido”, expresó esta ingeniera en Salud Ocupacional.
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Bermúdez señaló que hay una tendencia a menospreciar la contaminación sónica y a ignorar sus consecuencias, como la afectación del ciclo de sueño, el aumento del estrés y la alteración en las rutinas diarias de la gente.
La especialista agregó que el problema acústico debe analizarse en conjunto, pues los vehículos no son las únicas fuentes de contaminación. Según el Ministerio de Salud, el rango de decibeles permitidos en general, va de 50 a 65 decibeles, según el cantón.
Para el diputado de Restauración Nacional, Fabricio Alvarado, “es urgente reformar la ley de tránsito”, pues reconoció que cuando fue aprobada la ley vigente, “quedaron muchos cabos sueltos”. Colaboró con esta información Sofía Chinchilla C.