No sé si debe a que es martes. No sé si hubo menos carros o menos gente. Lo cierto es que el viaje en bus de Alajuela a San José fue inesperadamente ágil y rápido.
Las filas en la estación de Tuasa fueron similares al lunes: muy largas. Sin embargo, esta vez fueron "amenizadas" por un funcionario con sus años, pero de buen galillo, que se encargaba de apurar el abordaje.
"Con pasaje en mano es más rápido".
"Diez lugares, suba rapidito".
"Si alguien quiere ir de pie..."
Ese hombre y otro más joven se desplazaban por las filas, agilizando el movimiento y despachando las unidades. Incluso, ayudaron a subir la grada a un señor con bastón y a una señora de tacón alto. Era hora pico, sin ninguna duda, y urgía salir.
A las 7:10 a. m. salió el bus en el cual yo venía. La sensación era que todo el mundo venía preparado para un largo viaje. Por los comentarios, muchos se habían venido con mucho tiempo de sobra para evitar llegadas tardías.
A la entrada de la autopista General Cañas, igual que el lunes, no había presa. Sin embargo, la proyección era que el congestionamiento comenzaría después del Mall Real Cariari... pero no ocurrió... Los Arcos... y el bus seguía avanzando.
Unos cientos de metros más adelante, la gente comenzó a levantarse de su asiento para ver el choque múltiple que dejó dos fallecidos. Sin embargo, los mirones se sentaron rápido porque el bus ni se detuvo, no tenía por qué... tenía un carril libre para seguir su camino.
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De repente, ahí estaba: el puente de la "platina". Pasamos ágilmente. Luego, las instalaciones del INA. En un santiamén habíamos llegado al Hospital México.
Una mujer en el asiento de al lado pregunta asustada "¿Estamos en el hospital México?, ¡no puede ser!". Eran las 7:28 a. m., apenas habían transcurrido 18 minutos desde la salida de Alajuela. No hubo tiempo de leer mucho o de dormir, como ocurre siempre.
Inesperadamente, el viaje fue corto con la "platina" cerrada. ¿Será por ser martes?, ¿menos carros?, ¿más teletrabajo?
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