Pérez Zeledón. Cientos de generaleños han sembrado 110.000 árboles nativos para “cultivar agua” como parte de un proyecto para rescatar zonas deforestadas y proteger las cuencas hidrográficas.
El proyecto se llama Sembrando Agua y funciona desde hace un año a través de la fundación del mismo nombre.
Esta nació de la idea de un emprendedor lugareño: Fernando León, quien se unió a otros conocidos líderes comunales para poner manos a la obra.
De acuerdo con León, el proyecto nació como una necesidad de revertir los efectos de la deforestación y la contaminación, males que han originado una reducción de las fuentes de agua en la zona sur.
La expectativa de la fundación es sembrar un millón de árboles antes del 2030.
Otros tiempos. “Hace muchos años no se podían atravesar los ríos en los meses de enero, febrero y marzo por la gran cantidad de agua. Hoy, en esa misma temporada, la situación es otra porque ya lo que hay es un chorrillo de agua”, recordó.
Los vecinos de este cantón están convencidos de que solo sembrando un millón de árboles podrán asegurar el agua del futuro.
La fundación se ha convertido en un intermediario entre organizaciones que producen árboles y quieran donarlos y aquellos generaleños que pretendan sembrarlos en sus propiedades.
La Unión de Productores Independientes y Asuntos Varios (Upiav) trabaja con la fundación para levantar listas de vecinos interesados en sembrar los árboles donados.
Jaime Rojas, presidente de la fundación y miembro de la UPIAV, explicó que la mayoría de los árboles se reciben de organizaciones como el Proyecto Hidroeléctrico Diquís y el Colegio Ambientalista Isaías Retana Arias (CAIRA).
“La UPIAV ha servido como un ente facilitador y ejecutor, nosotros aquí a nivel de la organización tomamos las solicitudes de árboles, las cuantificamos y acá mismo cuando ya tenemos los árboles en la finca municipal empezamos a llamar a la gente que hizo la solicitud para entregarles los árboles” afirmó Rojas.
El otro objetivo de la fundación es la educación ambiental, que desarrollan en comunidades y colegios del cantón.
“Si quieren información, nosotros con todo gusto la damos y si quieren charlas, también lo hacemos. La gente nos puede buscar y vamos. Por ejemplo, uno de los impulsores es Alejandro Acevedo, que es ingeniero agrónomo.
”Él nos ayuda con eso. Cualquier comunidad nos puede llamar y nosotros los guiamos en el proceso”, comentó León.
Los estudiantes del Colegio Ambientalista Isaías Retana Arias se encargan de aportar una cantidad de árboles, cada año, como parte de la filosofía ambiental de este centro educativo generaleño.
Leiliana Arguedas, coordinadora técnica del colegio, explicó que a los estudiantes se les enseña desde plantar los árboles hasta tenerlos listos para su donación.
“Ellos hacen todo el proceso de producción: desde preparar la tierra, llenar la bolsa y darle los cuidados a la planta para dejarla lista. Ellos hacen todo el proceso y se les estimula para que hagan hasta el mercadeo”, afirmó Arguedas.
La última distribución de árboles del año se realizará el próximo sábado 10 de agosto.
Ese día se pretende donar 8.000 árboles a vecinos y organizaciones que se encargarán de sembrarlos, pensando en su futuro.