El luto llegó a la moda. El diseñador Oscar de la Renta falleció ayer a sus 82 años, en su residencia, en la ciudad de Connecticut, Estados Unidos, tras varios años de luchar contra el cáncer.
De la Renta, nacido en República Dominicana y nacionalizado estadounidense, gozó de fama internacional por sus colecciones y por vestir a celebridades como Madonna, Anne Hathaway, Scarlett Johansson, Penélope Cruz, Cameron Díaz, Shakira... Uno de sus últimos trabajos fue el vestido de novia para Amal Alamuddin, quien recientemente contrajo matrimonio con el actor George Clooney.
Sus prendas también engalanaron a las primeras damas de Estados Unidos: Jacqueline Kennedy, Hillary Clinton y Michelle Obama.
Recientemente, Clinton presentó una retrospectiva de la obra de De la Renta y definió su trabajo como el mejor ejemplo de la “elegancia y belleza”, así lo detalla el periódico El País , de España .
Oscar de la Renta era un firme creyente de que lo “bonito” abarata lo “bello”.
Hace apenas seis días, el diseñador anunció que dejaba el relevo de su compañía –dedicada a la confección de prendas de alta costura – a Peter Copping.
“Es un gran talento y compartimos la misma sensibilidad sobre la concepción del diseño”, dijo, según detalla el portal de noticias de República Dominicana: www.7dias.com.do.
Trayectoria. Oscar Arístides de la Renta Fiallo fue sobrino del poeta dominicano Fabio Fiallo. Con el arte en las venas, al cumplir 18 años, se fue a Madrid a estudiar pintura en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero el destino lo llevó a trabajar en el taller del legendario modista Cristóbal Balenciaga. Allí comenzó su trayectoria.
Su primera colección la lanzó en 1965. En el 2001, debutó con su propia colección de accesorios: bolsos, cinturones y zapatos.
De la Renta recibió numerosos e importantes reconocimientos a su talento, como el Aguja de Oro español en el 2002. En el 2013, el Consejo de Diseñadores de Moda de Estados Unidos (CFDA, por sus siglas en inglés) le otorgó su máximo galardón: el Premio del Fundador del CFDA.
Fue un perfeccionista. “Me gusta saber lo que se piensa y lo que debería ser cambiado o mejorado en cada pieza que mostramos”, confió a la prensa hace dos años y lo recordó la agencia AFP en su reseña.
La revista Vogue lo llamó un “emblema de la industria”.