La cultura pop está llena de estrellas que empiezan a firmar sus primeros autógrafos desde niños y los mismos años se encargan de apagarles el brillo.
Sin embargo, hay unos que se quedan e incluso se consolidan con el tiempo, como Justin Timberlake, Shia LaBeouf, Britney Spears y, por supuesto, Justin Bieber.
Los primeros tres se posicionaron en sus respectivos shows de Disney Channel, pero Bieber salió de la nada o más increíble aún entre los millones de videos que ofrece YouTube.
A los 12 años, el chico nacido en Ontario, Canadá, subía videos caseros en los que cantaba, bailaba y tocaba guitarra.
La voz de Bieber caló con fuerza en el corazones de sus contemporáneos y despertó el interés de los que toman las decisiones en la industria del entretenimiento.
El éxito del canadiense se puede interpretar de dos maneras: los detractores podrán decir que no se necesita de mucho talento para ser famoso y los fans o beliebers quienes aseguran que para surgir entre tanto material hay que tener estrella o capacidad.
YouTube no volvió a ser el mismo después del estreno de la canción One Time, el primer éxito grabado en estudio del disco My World.
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Desde entonces, hay miles de generadores de contenido en las redes sociales, los llamados youtubers que cantan, bailan o actúan al frente de una cámara, con el fin de aumentar el número de suscriptores y, con suerte, emular la carrera del rubio.
El ejemplo más cercano que tenemos es la generadora de contenido Krizz Solano, la youtuber más popular de Costa Rica. La joven cartaginesa de 19 años suma una lista de 65.000 suscriptores en YouTube.
Solano suele realizar covers o imitaciones de Bieber en su canal y en página de Facebook.
El éxito de Justin Bieber cambió para siempre la manera en la que muchos generadores de contenido realizan sus videos en YouTube.