Esta vez, la escritora costarricense Anacristina Rossi dejó su amado Limón, su lucha ambiental y hasta su tiempo para viajar a Roma, más de 2.000 años atrás, y hacerle justicia a Julia, hija del Augusto (Julio César Octaviano, cabeza del Imperio romano).
A Rossi, todos los caminos la condujeron a Roma. Tras intentar responderse de dónde vienen nuestras instituciones y de dónde venimos, la autora de La loca de Gandoca y de Limón Blues se remontó a la antigüedad romana y quiso concentrarse en la figura del dictador romano.
Hurgando en la información, se encontró a Julia: casada dos veces, madre de cinco hijos y, según los historiadores, prostituta que, acusada de atender a cientos cada noche, fue desterrada por su progenitor.
Había tal saña en la forma que Augusto eliminó toda imagen de su hija que Rossi siguió escarbando hasta encontrar los detalles de una conspiración en la que ella formaba parte. Este fue el germen de La romana indómita , novela publicada por el sello Planeta.
Tras ocho años de trabajo y 12 versiones, la mujer de 63 años teje la Historia y la ficción para entregarnos la revancha de Julia, un texto repleto de suspenso, de escenas que dan que hablar y de detalles recopilados en libros y también en viajes.
–¿Qué papel juega Julia en esta novela?– Julia es el personaje central de principio a fin; toda la historia se despliega por medio de Julia y lo que a Julia le pasa, sus estados de ánimos, su relación con sus hijos (sus hijos le escriben). Ella es el centro de la conspiración porque los ejércitos la aman y la única manera de lograr que el Augusto se vaya era presentar a Julia ante los Ejércitos. La conspiración y Julia son el centro de la novela. Es una conspiración que les cuesta cada vez más; hacen una cosa y se les cae, hacen otra cosa y se les cae; parece que ya lo van a lograr y, al final, bueno. Ella termina exiliada. El Augusto no permite escribir nada sobre su reino, así que ciento y tantos años después, Tácito escribe que Julia muere porque Tiberio (sucesor del Augusto) la mata de hambre; yo eso no lo creo, así que yo le di otro final. Ronald Syme dice: “Nunca sabremos la verdad de lo que pasó en el reinado del Augusto”; yo intento dar una verdad posible, todo a través de Julia porque me parece un personaje tan fuerte, tan honesto, tan liberadora; una mujer tan increíble.
–Sin duda, las mujeres en sus novelas son el hilo conductor. ¿Qué línea se puede trazar entre Mariestela (protagonista de María la noche ) y Julia?
–Son las rebeldes, las acusadas de putas. Acordate que cuando salió María la noche, el periodista Carlos Morales dijo el mundillo putesco del personaje de Anacristina Rossi.
–¿A qué se debe que le interesen tanto las rebeldes, a las que tachan de putas?
–La sexualidad femenina es tan poco comprendida y siempre se ha usado como un pretexto para ocultar otras cosas importantes de las mujeres como la intuición, la inteligencia, el valor…
”Probablemente, se deba a mi experiencia vital”.
–¿A qué experiencia vital se refiere?
–Quizá por haber sido tan maltratada cuando niña, por haber tenido que romper ventanas para poder ir a la Universidad, por haber recibido exorcismos…
–Hasta ahora, preparándome para esta entrevista, leí lo de los exorcismos...
–Fijate que yo llegaba de la U y me estaba esperando mi mamá y un padre del Opus Dei con una palangana de agua bendita y un hisopo; yo me tenía que hincar y me hacía así (con el hisopo y el agua bendita) para sacarme el diablo cuando me pescaban con la U.
”Luego, cuando entré a militar en el Frente Popular, mi mamá decidió que como yo era la manzana podrida que iba a dañar a mis otras dos hermanas y me mandaron a Europa así: vaya y juéguesela. Mi papá me mandó a Inglaterra y no sabía que para ingresar a la Universidad se necesitaba un bachillerato internacional. Me daban una platilla al mes; no era mucha porque mi papá cuando tenía le daba mucha plata a mis hermanos, pero no a las mujeres; me mandaba un poquitillo. Sin embargo, para mí fue la libertad; estudié danza, teatro y, luego, lo dejé todo para empezar a escribir; comencé con María la noche . Necesitaba una formación universitaria y en Francia me reconocieron como bachillerato internacional mis dos años de universidad y el bachillerato”.
–¿Cómo logra escribir personajes femeninos tan fuertes después de que su mamá fue una de las mujeres que marcó su vida de forma tan traumática?
–Porque tuve que medirme ante esa dureza y tuve que ser más fuerte que ella para sobrevivir y eso me marcó. Probablemente es por eso que escribo sobre mujeres rebeldes.
”Julia es apoyada por su madre, pero, como en Roma son los hombres los que tienen el poder, ella tiene que oponerse y luchar contra su padre. ¿Pierde la batalla o la gana? Al final del libro, el lector lo decidirá. Sin embargo, ella da la batalla hasta el final, como yo. Tengo una hermana que se suicidó; yo estoy viva y creando; mi hermana del medio está viva y tiene su empresa. Mi mamá se ensañó con todas. Por ser la mayor, tuve la ventaja de que papá me dio algunas cosas, aunque él amaba a mis hermanos.
”No creas que es fácil. Siempre escojo personajes difíciles, novelas difíciles”.
–Todas tienen que enfrentarse a la adversidad, como usted...
–Sí, y Julia probablemente más que todas. Quizá por ese amor y odio al padre; son ambas cosas: sé que lo quiero y sé que lo odio, ninguna de las dos es más fuerte. Eso va perdiendo fuerza y va quedando atrás el padre. Julia se va desprendiendo de muchas cosas en su vida, obligada por el exilio –eso es histórico–, así como yo me he ido desprendiendo de tantas cosas para conservar lo que más me gusta, que es escribir. Hay que desprenderse de la vanidad, que es tan fuerte en los escritores; me di cuenta de que si seguía con mi vanidad de escritora no iba a llegar a ningún lado; llegar a que a una no le importe casi nada. Julia tuvo que despojarse de su madre, yo también tuve que hacerlo por otras razones; Julia pierde a sus hijos; yo, a mi hermana. Tenemos muchos duelos las dos.
–¿Ese amor/odio con su papá es literal o es una metáfora?
–Mi papá no tenía ni una milésima del poder del Augusto. Cuando mi papá estaba en el lecho de muerte, yo tenía siete años de no hablarle y fui a verlo porque me llamó un hermano. Nos encontramos, nos perdonamos y murió. Yo lo amaba; pasé dos años llorando y estaba escribiendo la novela. Tuve que volver a mi psicoanalista porque no podía terminar el duelo. Se revivió el amor, pero yo había pasado siete años sin hablarle no porque me fuera indiferente, sino porque estaba enojada con él, muy enojada. Están estas cosas con el padre que tenemos algunas mujeres, que lo amamos y odiamos; en eso, digamos que Julia me ayudó a elaborar el duelo.
–Ha dicho que escribir es doloroso. ¿Cómo es el viaje emocional que hace en la escritura de sus novelas?
–Sí, pero no solo sufrimiento. Hay un momento en que yo me puedo trasladar al lugar, a esa Roma antigua, aislarme, que no haya internet, que el tiempo sea lento, que no haya cristianismo; ese momento en que yo soy esa mujer que va caminando allí, que quiere ser hombre porque ama la libertad y que ama los caballos, es felicidad. Y esa felicidad vale más que todo el sufrimiento.
”La parte de la investigación también es felicidad. Si uno busca, encuentra”.
–Sé que el proceso de creación de esta novela fue agotador y que siempre escribe muchas versiones. ¿Cuántos libros escribió para llegar a La romana indómita publicada?
–Este rompió todos los récords. De Limón Blues escribí unas siete versiones, de Limón Reggae boté al reciclaje cuatro libros fallidos y cinco versiones del libro final; con esta, hice tal vez unas 12 versiones antes de llegar a la última. La romana indómita la rechazaron inicialmente un montón de editoriales porque yo creía que estaba lista y no estaba; eso era: aún no estaba. Cuando ya estaba más lista, Planeta la aceptó. Me tuvieron una paciencia enorme; allí, en Planeta, también hubo varias versiones; nos entendimos y la novela quedó como yo quería y como ellos querían.
” La romana indómita es un poco un thriller ; engancha. Mucha gente la va a querer leer porque llega un momento en que no podés soltarla por la conspiración; al principio es difícil por el montón de personajes. Sé que no es aburrida; es fluida”.
–No cree hacer una novela negra, pero sí logró una especie de thriller , muy diferente a su literatura anterior...
–Me han dicho que es como un thriller y le digo así, pero es entre comillas. Me percaté de que tenía mucho suspenso cuando la estaba leyendo una editorial. Mi hermana me dijo: “no escribiste una novela histórica, sino un thriller ”. No me propuse hacer eso; ojalá pudiera escribir thrillers .
–¿Por qué escribe tantas versiones? ¿Tiene que ver con meticulosidad, con encontrar la voz, con estructura?–Con encontrar la voz, el tono, la estructura –nunca la planeo antes–, las voces de los personajes y esa cosa que no sé como describirla cuando la novela hace clic y una sabe que algo se logró; nunca es lo que una quería por completo, pero se le acercó.”Como no hay recetas, cuando que empiezo una novela es que no haya escrito ninguna. Ojalá pudiera tener una receta, pero no”.
–Sin embargo, sí hay lecciones que le dejan las otras novelas...
–Sí, que tengo que tener mucha paciencia porque quizá no soy una escritora tan talentosa para encontrar las cosas desde la primera vez, pero que, si tengo suficiente paciencia, encuentro lo que necesito. No puedo darme por vencida aunque a veces me desespere.
”Sobre todo con los personajes hay una cuestión de autenticidad en la voz, que llega o no, y a veces dura mucho en aparecer. No puedo sobreponer mi voz sobre la de ellos.
“Son lecciones de humildad. Ojalá pudiera aprender más. Cada novela es tan diferente a las anteriores”.
–El psicoanálisis es un tema que está presente en todas las entrevistas. ¿Por qué no está presente en su literatura?–Sí, no está no en las novelas; solo en María la noche, pero es Antonio (uno de los personajes) el que se psicoanaliza. Sí, tal vez cuando termine, pero como nunca termino... Es una cosa tan íntima. El psicoanálisis es un motor de mi vida porque me permite estar bien y me permite crear.
–¿Se podría definir la suya como una literatura de revancha? María la noche es la revancha de esta mujer que se libera, Limón Blues es la revancha de la herencia negra y de esa historia...
–Sí, claro. Y Limón Reggae ni se diga: está la revancha por interposita persona de Cayetano Carpio y la revancha de Alfred Henry King, y ahora es la revancha de Julia. Sí, voy de revancha en revancha; tanto que Guillermo, mi compañero, me dice: “¿cuándo vas a parar las revanchas?”.
–¿Y cuándo lo hará?
–No, no puedo. No ves que la revancha le da a una la fuerza. Sí, es una literatura de revancha, claro que sí.
–¿Qué le dejan las revanchas?
–Me han dejado muchísimo. La revancha contra el Ministerio del Ambiente en La loca de Gandoca , esa es la que dejó más problemas y amenazas de muerte; sin embargo, logró sostener parte del refugio por un tiempo y la parte de Punta Mona.
”Me ha dejado dar a conocer tantas cosas, que si no hubiese sido por ese afán de revancha quizá nadie se hubiera atrevido. Son libros que dejan una huella, tal vez no sea muy grande. Tal vez mi revancha es sobre lo marginal ; hacer existir un margen ”.
–¿Y en el ámbito personal?Una satisfacción enorme. Recibir el amor y el agradecimiento de los lectores es una cosa maravillosa.
–¿Qué viene literariamente?
–Pausa, cero. No puedo decir lo que viene porque siento que se me ceba. Voy enrumbada hacia algo muy fuerte.
–Eso fue lo que pasó con el tríptico de los Limones... ¿Se cebó?
–Después de Limón Blues y Limón Reggae , estoy debiendo la parte de Samuel Charles Nation, que algún día voy a escribir. ¿Sabés qué es lo que pasa? Siento que he escrito mucho sobre Limón y, de alguna manera, obturo la voz afrolimonense directa. Limón Swing está empezado, pero no lo voy a escribir todavía.
–¿Qué le aporta el taller de literatura que da en la UCR?
–Descubrir chicos y chicas maravillosos. Es una satisfacción tan profunda leer textos tan bellos; claro, les falta madurez para lanzarse con una novela. Es cansado, pero es hermoso.
–¿Cómo ve el panorama de la literatura hecha por mujeres en Costa Rica?
–Hay muchos hombres publicando, pero me faltaban más mujeres, lo he dicho. Han salido libros importantes como Larga noche hacia mi madre , de Carlos Cortés; Elefantes de grafito , de Warren Ulloa; El diminuto corazón de la iguana , de Cirus Sh. Piedra, y Mazunte , de Daniel Quirós.
”Pues este año es el de las mujeres. Acabo de presentar un libro de Abril Gordienko, Negra noche en blanco , que es maravilloso; espero que Arabella Salaverry publique su novela, sobre su último año en el Castella y su primer amor; también va a salir pronto una novela de una española radicada acá, Lola Pereira, quien recrea los últimos años de Karen Mogensen; bellísima. Luego, tengo una estudiante, Valeria Iraheta, que escribió, a sus 19 años, una novela; le falta aún, le está dando reposo, pero no dudo que hará una maravillosa novela. Hay mucha efervescencia”.
–Después de tantos años dedicada a escribir, ¿en qué se le ha convertido la literatura?
–La literatura es para trascender la cotidianidad. Ahora con Julia es cuando más fuerte ha sido; la maravilla que fue vivir hacer 2.000 años con otra noción del tiempo me obligó a transformarme. Con Julia, me escapé y trascendí todo lo que me rodeaba.
Novedad literaria
Título: La romana indómita
Autora: Anacristina Rossi
Editorial: Planeta
Presentación y conversatorio: El jueves 26 de mayo , a las 6 p. m., en el Instituto de México en Los Yoses. La presentación estará a cargo de la escritora nicaragüense Gioconda Belli y de la autora.