Aquellos que lo vivieron recuerdan que fue en un abril cálido cuando Julio Cortázar visitó Costa Rica para dictar conferencias sobre su obra. La poetisa Diana Ávila conversó con él en el lobby del Hotel Europa y cuenta: “El argentino causó mucha sensación: era un escritor reconocidísimo. El boom latinoamericano estaba en lo mejor”.
Cortázar departió con los costarricenses y les dejó enseñanzas sobre el compromiso social de los escritores. Por su parte, el país le otorgó gratas memorias, nuevas amistades y unas cuantas fotografías en el volcán Irazú.
Junto con esos retratos llegó también el manuscrito de uno de esos amigos costarricenses: Ceremonia de casta, la novela que Samuel Rovinski escribió en París a inicios de los años 70.
El libro narra las experiencias de una familia criolla que basa su riqueza en la posesión de tierras provincianas. Sin embargo, el patriarca, Juan Matías, se enfrenta al inexorable paso de la historia y de un país cada vez más urbano. Para mantener unidos a los miembros de la familia, Juan celebra una reunión semanal como casi un rito.
El estilo experimental de Rovinski fue del gusto de Cortázar, quien consideró la novela “hermosa y plenamente lograda”; tanto fue así que le solicitó el permiso para enviarla a la editorial Gallimard y para que fuese traducida al francés. La edición no se concretó en ese momento, pero parece que Cortázar selló el destino de Ceremonia de casta ya que, en el 2011, la editorial L’Harmattan publicó la novela traducida al francés por Roland Faye.
La sugerencia y los elogios de Cortázar hacia la novela se convierten en otro de sus “papeles inesperados”. El 21 de agosto de 1976, La Nación publicó la carta de Cortázar a Rovinski: la reproducimos hoy. La misiva es un testimonio de la amistad que unió a los dos.
En la carta, “Carmen” es Carmen Naranjo; “Sergio”, Sergio Ramírez. Transcribimos la introducción de La Nación y la carta.
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Julio Cortázar comenta novela de Rovinski
El escritor argentino Julio Cortázar hizo amistad y se interesó en la obra literaria de Samuel Rovinski con motivo de su visita a Costa Rica este año. Desde entonces mantienen correspondencia, ejemplo de la cual es esta carta en que el autor de Rayuela comenta la última novela de Rovinski, Ceremonia de casta , publicada por la Editorial Costa Rica .
Como lo anunciamos en nuestra edición del jueves 19, Cortázar ha hecho gestiones con el editor francés Gallimard para que se traduzca e imprima esta novela en París. Gallimard ya escribió a Rovinski para pedirle opción sobre los derechos de propiedad intelectual de la obra y estudiar la posibilidad de publicarla. Rovinski contestó afirmativamente.
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Saignon, 9 de agosto de 1976
Querido Samuel:
Tu envío me llenó de alegría y de nostalgias costarricenses. Las tres fotos salieron muy bien, y son un recuerdo muy bello de aquel paseo al Irazú. En cuando a Ceremonia de casta , terminé de leerla anoche, de un solo tirón (lo cual es ya un juicio positivo para mí, en esta época de novelas aburridas por exceso de autocontemplación escritural y teórica).
Y es así, de la primera a la última página la encuentro hermosa y plenamente lograda. Sergio tiene mucha razón cuando hace hincapié en tu lenguaje, en la eficacia de tu técnica de narración: ahí está el secreto de que esa novela tan breve (otra cosa que tenemos que agradecerte en estos tiempos) sea al mismo tiempo tan densa y alcance a cubrir una zona tan vasta de acción y de reflexión.
Para mí, claro, las descripciones, las notaciones, tu muy rico vocabulario lleno de contactos con la tierra, las plantas y los objetos, son un motivo adicional de placer; creo que ningún latinoamericano dejará de sentirlo como yo, porque la lectura traslada de inmediato no solo a Costa Rica sino a lo que nos es natural a todos nosotros. Pero quizá lo que más me toca es el aura de poesía y de magia que envuelve la figura del tío Manuel y su destino. El pasaje de la visión en la playa, con la criatura mítica y las figuras negras, es de una belleza muy grande; y puesto que de magia se habla, las partes finales en que seguimos desde dentro la agonía de don Juan son también de una fuerza que viene de muy adentro y muy abajo: pienso sobre todo en ese viaje final en el ascensor, dos páginas realmente admirables.
Me gustaría decirte también que la carga erótica del libro, tan presente en muchos momentos, ha sido muy bien vista y ajustada por vos. Sabés bien que a estas alturas, los escritores de nuestras tierras tienden a exagerar en ese plano, como desquite o compensación de las pudibundeces de antaño. Creo que vos te situás en el terreno justo, sin titubeos y a la vez sin exhibicionismos inútiles. Y tu galería de mujeres está muy bien definida, la familia se va dibujando en pocas páginas y se vuelve tangible y visual; en conjunto te diría que conseguís mejor los personajes femeninos que los masculinos: no me refiero a don Juan, claro, porque él es más que un personaje: es el corazón entero de la novela, y el símbolo social e histórico es ahí más importante que la persona en sí. ¡La de don Juanes que he conocido en la Argentina, incluso en mi propia familia!
Bueno, espero que estas impresiones tiradas así alvuelo sobre el papel te darán una idea de lo que siento frente a Ceremonia, y a mí alegría de haberla leído y de que vos seás el autor. ¿Puedo pasársela a la gente de Gallimard por si quisieran traducirla? Ugné se encargaría de hacerlo, y aunque aquí hay crisis en la edición, nunca se sabe. En todo caso, mandame dos líneas sobre eso.
No he recibido, creo, otros recortes de prensa (contesto a una pregunta que me hacés), pero no te preocupés, mi colección josefina es, gracias a tu bondad, muy grande y completa.
Mis mejores afectos para Sarita (esta vez acerté, espero!) y para vos un abrazo muy fuerte de tu amigo.
Cuando veás a Carmen, a Sergio a otros amigos comunes, dales mis saludos.