Este 2015 fue un año de baja intensidad para la actividad dancística de Costa Rica. Tuvimos pocos espectáculos internacionales, las agrupaciones estatales realizaron temporadas de repertorio y estreno, hubo festivales con alguna que otra novedad y el sector independiente mermó su producción.
Como fortaleza se destaca la fuerte presencia de hombres, tanto en la coreografía como en la ejecución, con buena técnica y expresividad. Es decir, ya casi igualan a las mujeres, sector que había predominado en el pasado. Eso sí, solo en la danza contemporánea, porque en el ballet todavía no hay tantos bailarines que se dediquen a este tipo de obras con excelencia.
La temporada 2015. La actividad dancística comenzó temprano, debido a que Fred Herrera ideó un festival de butoh, que duró de enero a mayo y que permitió participar en muchas actividades.
Sobresalieron obras de creadores que cultivan esta tendencia como Tadashi Endo, al ejecutar Fukushima Mon Amour ; Esparta Martínez, Javier Ciria, Lola Lince, Rosana Barra, Anzar Danza Experimental y el mismo Herrera. La Compañía de Cámara Danza UNA, dirigida por Nandayure Harley, participó en varios festivales, dio su temporada de repertorio en Heredia con obras de sus integrantes y estrenó la producción interdisciplinaria Canto fúnebre.
De esa misma institución, UNADanzaJoven se mantuvo activa y estrenó Ego Ritus, de Estefanía Dondi. De igual modo, Danza Universitaria hizo actividades de extensión, estrenó Inercia, de Gustavo Vargas, y los integrantes de Danza Abierta ejecutaron Regresión , de Pepe Hevia.
La Compañía Nacional de Danza organizó la novena edición de Mudanzas y presentó tres temporadas de estreno: Coreógrafos residentes , en la que participaron Alexander Solano ( La pared del fondo ), Mario Vircha ( Fórmula sensible ) y Laura Murillo ( Piscis ). Luego, el elenco oficial bailó Too, toc, toc…una mirada al revés , de Ana María Moreno, y al final del año, interpretaron Taciturno , de su director Adrián Figueroa; todo esto mostró buenos resultados.
Los destacados. Laura Murillo y Melissa Rivera fueron las mejores intérpretes, cada una por su lado, y juntas demostraron que están en su mejor momento escénico. De igual forma, se distinguieron por sus actuaciones Heriberto Calderón, Javier Jiménez y Karlton Lacy. Por su parte, Taciturno, de Adrián Figueroa, fue la mejor coreografía.
Festivales. De los seis festivales que se realizaron en el 2015, cinco permitieron ver propuestas internacionales, la excepción fue el Festival de Coreógrafos Graciela Moreno.
Gracias a los festejos de danza se presentó la coreógrafa española Carmen Werner, quien aportó dos obras: la primera en el Festival –callejero– La Machine, en marzo, y la otra en Movimientos Desplegados. Destaco que La Machine se realizó por segunda vez y los nacionales y extranjeros danzaron al aire libre.
El Festival Nacional de Danza, apoyado por el Teatro Melico Salazar, lo aprovechó especialmente el sector independiente para mostrar sus montajes de nuevo. Sería fundamental que cada año se baile una creación de décadas anteriores, que esté bien seleccionada, con el fin de recuperar y valorar el repertorio nacional.
El Festival de Coreógrafos sigue siendo un espacio vital para el desarrollo de la disciplina; también es el más esperado, controversial y criticado por el mismo sector que lo necesita. En esta edición, se programó a 15 creadores nacionales y, al final, quedó un sinsabor, ya que dos categorías fueron declaradas desiertas. Sin duda no es el objetivo de esta actividad que lleva 22 ediciones; sin embargo, es preferible que participen más creadores y quienes no faltan se preparen mejor para que siga la fiesta.
Dirigido por Vicky Cortés, el Festival Movimientos Desplegados reunió a las intérpretes Martha Rosvel y Violeta Luna (México), Carmen Werner (España), Paola Lorenzana (El Salvador), Cristina Moura (Brasil) y Elia Arce, quienes se presentaron en Gráfica Génesis y en otros espacios alternativos.
En el Festival Solodos en Danza, que se realizó en Barva de Heredia, por tercer año consecutivo, convocó a 12 autores de diferentes países.
Finalmente, Gráfica Génesis también albergó la segunda edición de A todo cuerpo con mejoras como la realización de talleres de movimiento, escritura y crítica, así como conversatorios y funciones de los espectáculos.
Espacios para danzar. Gráfica Génesis se convirtió en la principal sala de danza del país, pues tuvo la mayor cantidad de espectáculos; los otros espacios con mucha actividad fueron los teatros de la Danza y Montes de Oca.
Gráfica Génesis albergó varios festivales, iniciativas emergentes, temporadas temáticas y muestras experimentales; es decir, ya es la casa de la danza independiente de Costa Rica.
No obstante, una generación de bailarines tiene cada día menos oportunidad para enfrentar el reto de un escenario de grandes dimensiones, lo cual requiere mayor proyección expresiva.
Salvo por los festivales nacionales, ningún grupo nacional tuvo su temporada en el Teatro Melico Salazar o en el Teatro Nacional. Las preguntas son por qué ya no se puede bailar en estas salas y cómo van a lograr crecer los intérpretes, así como lo hacen los músicos de las orquestas nacionales. Este es un tema para pensar y formular políticas de apoyo al sector.
El ballet en Costa Rica. El cascanueces , dirigido por Patricia Carreras y María Amalia Pendones, continúa como la producción que aglutina a todo el sector interesado en la danza clásica y que el público la respalda. Este año, nuevas protagonistas nacionales asumieron los papeles principales al lado de los solistas internacionales.
La agrupación Danzay celebró sus tres lustros de trabajo escénico con la reposición de La sirenita , de Pendones.
También, la Academia Superior de Ballet Clásico montó Copelia con Margaret Mahuys. El Russian Clasical Ballet ejecutó Romeo y Julieta , con excelentes resultados.
De luto. En nuestro país, dos personas importantes dejaron un vacío en el gremio: el maestro, bailarín y coreógrafo Julián Calderón, así como la colombiana bailarina, coreógrafa y gestora artística Ofir León.
En el panorama mundial con la muerte de Maya Plisétskaya, a sus 89 años, se cierra la era de la potencia rusa en el ballet. Nos dejó la bailarina que después de Anna Pávlova encantó por la ejecución de La muerte de cisne , de Michel Fokine.
Otros estrenos
En algún lugar , Inevitable , Vidas sedientas , Que le corten la cabeza , Partes iguales , de Javier Jiménez.
Beauty y Paloma , de Yul Gatjens.
Sazón , de Maruxa Salas y Erick Jiménez.
Dominó , de Rogelio López.
Fórmulas femeninas , de Fito Guevara.
Familiares , de Luis Piedra.
Quark pedacitos de todo , de Metzi Hovenga.
Cúbico , de Ana Paola Rivera.
Bastarda tabacalera , de Jorge Sánchez.
Guara ar iu filin? , de Francisco Centeno.