El antiguo templo católico de Santiago de Puriscal se niega a desaparecer y, una vez más, se levanta triunfal de una batalla.
La sombra de la demolición que ha perseguido al templo desde su clausura total en 1990, se esfumó tras la publicación del Decreto Ejecutivo N.° 37224-C en el diario oficial La Gaceta del pasado viernes 3 de agosto.
El decreto establece la incorporación del edificio a la lista de patrimonio histórico arquitectónico de Costa Rica, y en su artículo 3 prohíbe la demolición.
El templo –construido entre 1936 y 1965– podrá ser restaurado parcial o totalmente, siempre y cuando se cuente con la autorización y supervisión del Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura. Con esta declaratoria, tanto el Centro de Patrimonio como la Asociación para el Rescate y Conservación del Antiguo Templo de Puriscal consideran que se anotó un punto a favor de la conservación de una iglesia que fue construida gracias al esfuerzo de la comunidad puriscaleña.
Sin embargo, el siguiente paso todavía no está claro y queda pendiente la definición de una estrategia para su restauración.
“La declaratoria de patrimonio es un obstáculo superado, pero de ahora en adelante nos enfrentaremos a la etapa más difícil: definir quién se va a hacer cargo de la restauración, cómo será ese proceso y con qué objetivos se hará”, opinó Armando Valverde, secretario de la Asociación.
Y es que, según lo establece el decreto, con base a la Ley N.° 7555 de Patrimonio Histórico Arquitectónico de Costa Rica, el poseedor del inmueble tiene la obligación de “conservar, preservar y mantener adecuadamente el inmueble”.
En este caso, el edificio pertenece a Temporalidades de la Arquidiócesis de San José, que considera la recuperación del templo como una alternativa no viable.
“Nos sorprendió este decreto pues nuestra postura ha sido siempre la de salvaguardar la vida humana y velar por la seguridad de las personas. Hemos presentado varias pruebas para demostrar que este templo es inhabitable; en cualquier momento se viene abajo.
“El terreno sobre el que está construido es muy inestable y, además, es una zona de alta sismicidad”, opinó el presbítero Mauricio Granados, canciller de la Arquidiócesis de San José.
Granados calificó el decreto como “desproporcionado” e “irracional”, y anunció que la Arquidiócesis iniciará acciones legales contra el Ministerio de Cultura.
Un estudio realizado por el ingeniero Roy Acuña concluyó que “la adecuación estructural y la recuperación de la edificación son factibles técnicamente, pero están asociadas a un costo importante y a un riesgo mayor que el de una obra nueva”.
El director del Centro de Patrimonio, Adrián Vindas, afirmó que, si el Ministerio de Hacienda ordena un recorte de presupuesto para el 2013, no será posible destinar recursos para restaurar el antiguo templo. “Si el presupuesto para la restauración de edificios patrimoniales pasa de ¢2.300 a ¢1.000 millones, no podremos asignar dinero para el templo de Puriscal; sin embargo, Patrimonio se compromete a gestionar la licitación para un diagnóstico y una propuesta de restauración”, declaró Vindas.
Colaboró Marvin Gamboa.