Fabio Herrera ha leído la historia de su vida en papeles de acuarela. Un conjunto de 46 piezas realizadas en esta técnica, una por cada año que la ha practicado, resumen este aspecto de su carrera repasado en el Studio Hotel, 50 metros al norte de a Cruz Roja de Santa Ana.
46 años de acuarela es la mayor retrospectiva que el artista ha realizado sobre su trabajo en la pintura al agua. Se completa la muestra con un libro que reúne imágenes de más de cuatro décadas de trabajo.
Los paisajes componen este recorrido por una carrera que Herrera empezó en su adolescencia, en San Isidro de El General. “Es una técnica muy rápida, muy acorde con mi temperamento inquieto y nervioso”, declara el artista.
“La acuarela detecta muy bien las emociones, los sentimientos, y se puede usar el paisaje para practicarla, así como los rostros, las cosas, ideas y abstracciones”, agrega el pintor, quien también ha sido prolífico en el acrílico, la escultura, el dibujo y otras técnicas.
Según Herrera, “agresividad, timidez, miedo, ira” y otras emociones pueden detectarse en los trazos translúcidos de una acuarela.
“Al cabo del tiempo, cuando uno tiene la dicha de dedicarse a esta profesión, se da cuenta de la evolución de la obra y surge la necesidad de una regresión a la infancia”, confiesa Herrera. “Me sorprendo cuando, sin proponérmelo, tomo pinceles como los que usaba cuando era niño”, matiza.
Vistas. Los paisajes son el tema predilecto en las coloridas acuarelas de Herrera. Es evidente que ha sufrido violentas transformaciones a lo largo de 46 años.
“El paisaje ha cambiado dramáticamente. La semana pasada estaba en Playa Hermosa pintando: antes predominaban los coloresverde, rosado y marrón; ahora, los colores son de luces de néon, carreteras, rótulos...”, lamenta el pintor.
Herrera ha preferido los paisajes bucólicos y las costas del Caribe y el Pacífico. También se avistan el valle de El General y los barrios josefinos que conoció de joven.
“El pintor, de alguna manera, se va adecuando a la transformación del paisaje, que no solamente es físico, sino también un espacio donde interactúan distintas clases sociales”, analiza Herrera. “Abogo por tener una vida sencilla, que es lo que quisiera”, dice.