Hace cinco años, Alfredo Enciso y Paco Cervilla se metieron a organizar un evento inmenso con el optimismo que solo tienen los ingenuos. Cuentan que en una ocasión, al llegar a una de las tantísimas ventanillas públicas en donde debieron gestionar los permisos para hacer el primer Festival Internacional de Diseño, se toparon con una funcionaria merendando una empanada. Mientras los atendía, la señora desenrollaba un papel higiénico y se limpiaba la boca.
El país que les ofrecía esa imagen era al mismo al que Alfredo –un diseñador gráfico peruano que entonces tenía 26 años– y Paco –un diseñador de producto costarricense de 31– querían traer a algunas de las estrellas más deslumbrantes en sus campos para que contaran lo mismo que en encuentros demasiado lejanos, en Europa y Estados Unidos.
Hoy, el Festival Internacional de Diseño está a unos días de empezar su quinta edición. Es un encuentro con los Pelé de la arquitectura, del diseño gráfico, de la moda, de la foto... Si a uno le interesase asomarse en la oscura química de la creatividad, el FID es el sitio al que hay que ir. Recientemente, la prestigiosa Dezeen Magazine lo señaló como uno de los encuentros más importantes de su tipo.
Para el 2010, Paco y Alfredo solo habían organizado una despedida para un amigo, y pusieron mal la fecha en la invitación. Esta es la historia de la primera vez, y de dos muchachos que harían todo por conocer a sus ídolos. Era obvio que todo fracasaría, y sin embargo...
LA INSPIRACIÓN
Paco y Alfredo se habían conocido en el efervescente ambiente del diseño tico de finales del decenio pasado.
Paco: Lo del FID empezó en una tarde de birras en un apartamento que yo tenía en Curri. Alfred me empezó a contar de los festivales a los que había ido: el TRImarchi (en Argentina) y el de Cannes, y empezamos a hablar de hacer uno aquí.
Alfredo: No teníamos harina, no teníamos experiencia, no teníamos nada.
Monserrat Ramírez: (diseñadora de modas y pareja de Paco): Yo tenía una visión más aterrizada, y a mí me empezó a dar susto.
Cynthia Bonilla: (relacionista pública del FID y esposa de Alfredo): Alfredo siempre había tenido esta idea: quería conocer a estas personas que lo inspiraron.
Paco: Queríamos festival, pero en realidad lo que queríamos era ver a los maes.
Alfredo: Alguien en ese tiempo hizo un evento aquí con un diseñador “pichudo”, pero la entrada costaba $300 por ver un solo mae; era impagable. Eso también nos puso en la jupa que todos deberían poder pagarlo.
Cynthia: Yo trabajaba en una agencia en ese tiempo y era novia de Alfredo. En eso, él me comentó la idea de hacer el festival y yo les ayudaba en los tiempos libres.
Paco: Empezamos con un préstamo del tata de Alfred de $3.000, que le dijimos que era para otra vara.
Monserrat: No teníamos conocidos que fueran estrellas del diseño. ¿De dónde y cómo iban a venir esa gente?
Alfredo: Yo en ese tiempo estaba “pompeado” con el brete de Joshua Davis. Debíamos empezar por los invitados porque sin ellos no hay nada. Yo llamé a Joshua Davis y me respondió el mae. Mi nombre es tal, le dije, del Festival Internacional de Diseño y queremos invitarlo a Costa Rica...; y el me dice: “ OK ”. Y yo: “¿Eso es todo?”. Y él: “ Yes ”. Él estaba en Nueva York y me dijo que le enviara la información. ¿Pero ya estás confirmado? Sí. Y yo: ¡Qué vara más fácil!
EL ORDEN
Ninguno sabía cómo hacer el guion del evento, ni cómo montar la logística. Entonces, mediante conocidos, Paco y Alfredo contactaron a quien sería “el adulto en la habitación”.
Paco: Llamamos a Mario Sánchez, que todavía está con nosotros. El mae había tenido experiencia en montar eventos, y cuando vio la vara nos dijo: “No se metan en eso porque es una bronca, eso es imposible de hacer”.
Mario: Yo tengo una formación en mercadeo, y por mi experiencia tengo muy clara la película cómo debe estar pasando.
Paco: Yo le dije que la entrada, máximo, debía valer $60, y nos dijo que no íbamos a lograrlo. Pero nosotros insistimos, y nos dijo: ‘Yo les voy a ayudar’.
Mario: ‘Están locos, pero le han hablado a otro loco, y entonces ya tenemos tres locos’, eso les dije. Yo sí tuve temor porque porque a mí me contactaron en agosto (2010) y el evento sería en marzo (2011), y de acuerdo a mi experiencia se necesita al menos un año para algo así; y no son tres personas las que se necesitan, sino 30.
Alfredo: Él fue quien le dio la estructura de evento.
Cynthia: Si llegás a conocer a Alfredo y a Paco te das cuenta de que son muy idos: teorizan demasiado y ellos necesitan a alguien que los baje y los ubique.
Mario: El diseñador es por naturaleza un poco disperso, y mi trabajo era poner los límites de hacia donde vamos y qué queremos hacer.
Paco: Ya teníamos a los invitados y la logística, ahora venían los patrocinios y los permisos. Para ese momento nos dimos cuenta de que Monse estaba embarazada.
LOS INVITADOS
Mientras armaban el "elenco" de los invitados, Paco y Alfredo sabían que debían conseguir a una atracción principal, un peso pesado. Se obsesionaron con la idea de convencer a la diseñadora gráfica estadounidense Paula Scher.
Alfredo: Llegó un punto en que ya la recepcionista de su oficina me reconocía: "Alfredo de Costa Rica". Y después de tres semanas de estar llamando cada dos días, ya me dijo por lástima: es que Paula nunca te va a contestar. Era noviembre y el evento iba a ser en marzo. Al final, me pasó el correo del asistente. y empezamos a hacer la negociación.
Paco: Lo loco es que en esa preguntadera, Paula preguntó si ella podía venir con el esposo, y si él podía dar una charla. Resulta que el esposo de Paula es uno de los diseñadores más importantes en la historia del diseño gráfico. Es un mae que se llama Seymour Chwast, y trabajó en los carteles de los derechos civiles en Estados Unidos, trabajó con Bob Dylan... Es un Mad Men legítimo. Y ella pedía si el mae podía dar una charla... ¡Qué nivel!
Alfredo: Invitamos al diseñador Ignacio Villarreal, pero quien me contestaba los correos era el asistente, una persona de apellido Rojkind. Yo le dije a Paco que no creía que hubiera muchos Rojkind en México, y ahí hay un arquitecto que se llama Michel Rojkind que en ese tiempo Apple lo había nombrado uno de los cien arquitectos jóvenes más importantes del mundo. Le pregunté al asistente si era familia y me dijo que sí: "Es mi hermano". No teníamos arquitecto, y ¡pa!, de una vez lo conseguimos.
Paco: Creímos que la vara iba a estar sencilla. De hecho, esa fue la edición en la que los invitados salieron más fácilmente.
ALIADOS
Uno de los más grandes golpes con pared fue la dificultad para encontrar patrocinios . No obstante, los diseñadores encontrarían apoyo del Museo de Ate y Diseño Contemporáneo y de la revista Su Casa.
Paco: La ejecutiva de una empresa nos dijo que volviéramos cuando tuviéramos una propuesta mejor hecha, y nosotros salimos superobstinados.
Alfredo: Nosotros pensábamos que las empresas nos iban a patrocinar simplemente porque el producto era chivísima.
Monserrat: Los patrocinios fueron dos o tres y la mayoría fueron canjes.
Alfredo: Teníamos una lista de setenta y pico empresas que podían ayudarnos. Al final solo Sur nos dio plata.
Paco: La primera reunión que tuvimos fue con Karina, que nos dio un apoyo grandísimo en Su Casa.
Karina Salguero: (editora de la desaparecida revista Su Casa ): Paco era un colaborador que yo había heredado en la redacción .
Paco: El Museo de Arte y Diseño también nos apoyó desde un principio.
Fiorella Resenterra: (directora del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo): Yo conocía a Paco, a Alfredo y a Monse en el 2009, en una exhibición de diseño. Yo sabía que eran responsables, e independientemente de las condiciones tan precarias en las que pretendían trabajar en la FID yo sabía que eran grandes profesionales.
Karina: Paco me dijo que tenían un proyecto. Él era alguien que siempre venía con propuestas..., pero un evento con esa pinta... Y después me dice que tengo que conocer a Alfredo, lo cual solo empeoró la situación porque tampoco parecía que pudieran conformar una dupla fantástica. Lo que pasa es que sí tenían una cosa en la que no patinás, que es talento.
BUROCRACIA
Los organizadores habían tomado previsiones para sacar los permisos con mucha antelación, y pasados los meses se enteraron de que no les habían dado los formularios adecuados. A tres meses, volvían a estar en la casilla uno.
Fiorella: Mi único temor era cómo solucionar el tema de la burocracia pues debían sacar permisos en muchas instituciones. Fue muy importante que Ministerio de Cultura los apoyara con las declaratorias de interés cultural y educativo. Eso les ayudó con los permisos.
Monserrat: Fue terrible sacar el Gimnasio Nacional como lugar para el evento. Era el lugar más incómodo y difícil: lo que sacamos fue una biblia de permisos.
Cynthia: Monse andaba con esa panzota sacando permisos..., aunque por dicha, porque la dejaban pasar antes en las ventanillas.
LA VENTA
En enero del 2011 se pusieron a la venta las entradas por medio de un enredadísimo sistema. Entonces llegó el pánico.
Cynthia: El punto de quiebre fue cuando no se vendía ninguna entrada, faltaba un mes y medio y no teníamos permisos.
Fiorella: Para la primera edición, el Museo no se metió en logística, pero sí le hicimos la comunicación, el enlace con la prensa. Aparte de lo obvio, el reto era cómo vender una cosa nueva.
Alfredo: Las entradas se pusieron a la venta 20 de enero, pero nosotros lo anunciamos un día antes. Ese 19 de enero llegó un mae a comprar, y pensamos: ‘Esto se va a vender en dos segundos’. A partir de ahí la vara no se movía, y llegó un punto en que faltaban 10 o 12 días y habíamos vendido solo 150. Necesitábamos un poquito más de mil para quedar tablas.
Paco: Como ya teníamos a los invitados, nosotros inocentemente pensábamos que la gente los conocía y que se iba a volver loca. Pero cuando le hablabas a un diseñador sobre quién era Paula Scher y él no tenía ni idea, entonces nos dio vértigo.
Monserrat: Cuando faltaban como 15 días, llegó Alfredo y me dice no hemos vendido entradas, y que querían pasar el evento al Museo de los Niños. Bueno, casi les doy con un sartén en la cabeza a todos.
Paco: Hubo un momento en que quisimos cambiar de sede. Entonces, cuando las cosas estaban más mal Monse agarró el mando: “Esa vara se hace ahí y se callan”.
Alfredo: Empezó la demencia. Desde antes ya estábamos preocupados, y estábamos vendiendo en universidades, a estudios de diseño, de arquitectura, a agencias de publicidad.
Paco: Hicimos estrategia de guerrilla y nos metimos a las univesidades a tocar puertas, como si estuviéramos vendiendo Tupperware. A Alfredo alguna vez lo sacaron los oficiales de seguridad de la UCR.
Alfredo: Nos dimos cuenta de que nadie conocía a los invitados. Entonces el trabajo no solo era explicar el festival, sino quién era esa gente.
Paco: Una vez llegamos a un taller en Arquitectura de la UCR y yo me paré en una silla, levanté la computadora y empecé a hablar. Había como 50 personas y ni una puso atención. Yo vi a Alfredo muy alterado y le dije que se fuera. Cuando salí, me lo topé llorando en el baño. Yo terminé llorando también. Era un miedo increíble.
Monserrat: Las entradas se empezaron a vender un día antes. Era como una película: fue una locura.
Alfredo: 12 horas antes de la entrada del evento nos dimos cuenta de que habíamos quedado tablas.
DÍA D
Además de algunos talentos nacionales, al FID 2011 llegaron Paula Scher (EE. UU.), Joshua Davis (EE. UU.), Alberto Villareal (México), Deanne Cheuk (Australia), Michel Rojkind (México), Lucho Chumpitazi (Perú), Paula Sanz Caballero (España), Ma+Go (Perú), Max-O-Matic (Argentina), Mikel Urmeneta (España), Seymour Chwast (EE. UU.), Emiliano Godoy (México), Luba Lukova (EE. UU.) Misericordia (Perú). El evento fue el 10, 11 y 12 de marzo del 2011 en el Gimnasio Nacional. Pronto se hizo evidente que el recinto era de lo peor para un evento de ese tipo. Los asistentes reclamaron mucho, principalmente, por la mala calidad del sonido.
Mario: Tuvimos todos los problemas que pudieron haberse dado.
Alfredo: Yo solo recuerdo algunas varas, porque tengo bloqueados los tres días.
Cynthia: Yo me acuerdo de Paco montado en el techo tapando con bolsas de basura negras los tragaluces del Gimnasio Nacional. Él sin póliza, con Monse embarazada, y yo pensando que se iba a matar.
Alfredo: Con muchos proveedores nos fuimos por lo más barato. La tarima era una polada. La gente del sonido hizo lo que pudo, pero nunca fue perfecto. La gente chiflaba y gritaba.
Karina: La gente estaba tan maravillada por los contenidos, que uno veía como se acercaba con desesperación hacia la tarima.
Cynthia: En el momento en el que yo me di cuenta que de verdad aquello iba a ser un hit fue en la charla de Joshua Davis, la última. Era impresionante la energía que le transmitió a la gente, se comportó como si fuera un rockstar , y el mae no se fue de ahí hasta que firmó el último autógrafo y a todos les hacía un dibujito diferente.
Alfredo: El mae empezó a hacer un show . Se lanzaba al piso, hacía volteretas, abrazaba a la gente.
Karina: Sí, había problemas de sonido y de todo, pero nadie se quería salir de este gimnasio.
Alfredo: Ese mae nos salvó el FID. De hecho, ese mae viene a cerrar el FID 5.
LA CALMA
El Festival Internacional de Diseño no solo terminó exitosamente a pesar de los inconvenientes, sino que se ha fortalecido. Este año, varios de los invitados de la primera edición regresarán.
Mario: Al final, aquella fue una primera prueba de concepto, y se logró salir, aunque con un formato más en pequeño del que se quería hacer (asistieron alrededor de 1.400 personas).
Fiorella: El que sueña lo absurdo logra lo imposible.
Cynthia: Yo rescataría el amor de Paco y Alfredo por este festival. Ellos lo han hecho posible, a pesar de que somos un equipo.
Karina: El formato de conferencias no lo inventó el FID. Había TEDx y habían otras cosas, pero no había una marca propia para ellas. Si uno antes quería hacer algo era con aquellas transnacionales de eventos; en este caso no, eran unos muchachos desconocidos.
Paco: Hubo varias personas que fueron muy importantes en el primer festival: Andrés Cervilla, Alexa Mazza, Ivonne, Caro y Lorena Enciso, Luis Velázquez, Mauricio Jiménez, Damaris Zamora y todo el equipo de voluntarios que creyeron en el proyecto.
Mario: El evento ha permitido posicionar al país como un referente del diseño que todos estos grandes especialistas de las distintas áreas de la creatividad conocen.
Karina: En todo esto hay un mensaje de que también vos podías hacer eso, de que cualquier persona muy testaruda, con muchas ganas y mucha persistencia puede montar una cuestión así. La moraleja era desmoralejizante: no hay nada escrito.
Paco: Cuando les contamos cómo hicimos aquella primera edición, los invitados alucinan y se motivan. Ahora son como embajadores del festival.
Monserrat: Después del FID 1 a mí me faltaban como tres semanas para tener a Santi. Entonces, cuando terminó a mí me tocaba desconectarme para conectarme con mi bebé. Yo tuve todos los sustos que pude tener por todos los nueve meses. Es una maravilla que este niño haya salido normal.
Cynthia: En el camino de estos cinco años, yo me casé con Alfredo y tuvimos un bebé, Matías. Ahora el FID es como de la familia. Monse y Paco ahora tienen otra hija, Lisa, y nosotros siempre vacilamos con que, cuando estemos viejitos, ellos van a estar hartos del FID 25.