Hombres en escabeche , obra teatral de Ana Istarú, me enamoró desde el primer momento. En ella no sólo me vi reflejada, sino también a otras mujeres que nos acompañan en nuestra experiencia de vida: madres, tías, hermanas, amigas y tantas otras.
“Ser una mujer. Nadie me advirtió lo difícil de la empresa”, nos comenta Alicia en su camino de crecimiento y transformación; y, en este momento, en nuestra querida Costa Rica, ¿qué significa ser mujer?
La obra fue estrenada en el año 2000 bajo la dirección de Marcelo Gaete (q. d. D. g.), con la misma Ana Istarú en el papel de Alicia, y con el actor Marco Martín como su compañero de escena. Entonces, en el 2015, ¿sigue vigente? Absolutamente sí. El tejido de las relaciones humanas, en todas sus hermosas y no tan hermosas posibilidades, seguirá quebrándonos la cabeza “por los siglos de los siglos”.
En el íntimo ámbito de la construcción del amor en pareja, parece que tanto los unos como las otras venimos al mundo con un programa a priori, y, si cumplimos con este, las cosas marcharán a las mil maravillas. Así pues, nos obsesionamos por seguir las “reglas” y no atentar contra la “moral establecida” soñando con alcanzar el paraíso perdido: ¡error! No hay nada que garantice el éxito.
¿Qué hacer entonces para asegurarnos una relación que contenga “lealtad, fidelidad, entrega, solidaridad, compromiso, libertad, sinceridad, apoyo, respe-to de las diferencias?”, nos pregunta Alicia. Esta es para mí la profunda reflexión de Hombres en escabeche. La respuesta habita en cada una de nosotras y en cada uno nosotros. El reto es grande, pero vale la pena intentarlo.
65.° aniversario del TU. Como egresada y actual profesora de la Escuela de Artes Dramáticas, no puedo sentirme menos que agradecida y honrada por haberse incluido la puesta de Hombres en escabeche dentro del marco de la celebración del sexágesimo quinto aniversario del Teatro Universitario.
El Teatro Universitario es la institución costarricense más antigua dedicada a la disciplina del arte dramático de forma constante e ininterrumpida.
En 1950, el licenciado Rodrigo Facio organizó el Teatro Universitario con la ayuda de la española Compañía Lope de Vega. Luego estuvo Lucio Ranucci como su director. Más adelante fue don José Tassies, y, en 1963, don Daniel Gallegos asumió la dirección.
En 1970, con la fundación de la Escuela de Artes Dramáticas, el método de trabajo del Teatro Universitario se fortaleció y dinamizó con la interacción de destacados profesores nacionales y extranjeros, así como con la forma-ción académica y profesional de los educandos.
Fuera del ámbito universitario, el movimiento teatral costarricense siempre ha sido prolífico y propositivo. Gracias al esfuerzo de grupos estatales, independientes, privados y otros, los egresados y las egresadas de la Escuela de Artes Dramáticas encuentran o construyen nichos laborales y creativos donde insertarse.
El auge de la producción radiofónica, televisiva y cinematográfica (por mencionar algunas actividades), se dinamizan fuertemente con la incorporación del talento costarricense y del extranjero que hacen sus primeras experiencias en el TU, espacio que permite que, año a año, el medio teatral se nutra de egresados y egresadas.
Por mi parte, considero que la producción dramatúrgica nacional es vital, necesaria y urgente. Es un desafío que creadoras teatrales como Ana Istarú, Aylin Morera, Roxana Ávila, Elvia Amador, Milena Picado, María Bonilla, Aysha Morales, Mariela Richmond, Roxana Campos, Mabel Marín, Gladys Alzate, Marielos Fonseca, Dayanara Guevara y tantas otras han asumido señalando, evidenciando, denunciando las situaciones vividas por las mujeres en nuestro país y en el mundo.
Los y las invito a “degustar” este delicioso platillo, que, estoy segura, les encantará..., y quizás deseen repetirlo.
La autora dirige la obra en el Teatro de la Facultad de Bellas artes de la UCR, de jueves a domingos.